martes, 8 de diciembre de 2015

Menonitas se van por la corrupción y por el crimen organizado, no por el agua


Cuauhtémoc, Chih. La corrupción es el motivo por el que un grupo de unas cien familias menonitas han emigrado, coinciden representantes de campos de diferentes regiones en las que se asentaron desde hace más de 90 años.


El problema del agua tiene solución, pero la falta de voluntad de las autoridades y los intereses personales de los funcionarios, han enfrentado a las comunidades menonitas con las que no lo son, en municipios como Buenaventura, Riva Palacio, Namiquipa y Villa Ahumada.

En el caso de los campos menonitas asentados en el municipio de Cuauhtémoc, en donde viven unos 40 mil entre las dos colonias, el problema que enfrentan y por el que han considerado la posibilidad de irse a otro país, es el crimen organizado. “Aquí ya no se sabe ni con quién estás hablando”, explica Abraham Peters.

El corredor comercial menonita, ubicado entre la ciudad de Cuauhtémoc -antes San Antonio de los Arenales- y la colonia Álvaro Obregón, ha prosperado, han desarrollado turismo menonita, tienen hoteles y han incursionado en la industria metalmecánica, tiene mucho más posibilidades de desarrollo y crecimiento que la agricultura.


Ellos son mexicanos y así se asumen. Los más grandes tienen hijos y nietos con arraigo en aquellas regiones, que difícilmente se irían de esas tierras, explican en entrevista menonitas y el diputado panista del distrito de Cuauhtémoc, Humberto Pérez Mendoza.

Los menonitas llegaron San Antonio de los Arenales (ahora Cuauhtémoc el 8 de marzo de 1922, después de ser expulsados o de dejar países como Rusia, Alemania y Canadá. Son una comunidad pacifista que evita el conflicto. En el estado de Chihuahua lograron privilegios y durante los últimos años, algunos consiguieron permisos ilegales para perforar pozos donde ya no se debía.

Por años se han dedicado a producir en zonas áridas, a criar ganado vacuno y porcino, a producir embutidos; desarrollaron la industria lechera, sus quesos, mantequilla, crema y otros derivados, tienen gran demanda.

Los menonitas llevan ese nombre por la religión que profesan. Tienen sus propias escuelas, iglesias, las ceremonias de bodas y funerales tienen diferente significado al resto de los habitantes de los municipios que habitan.

La última década, se han dedicado a desarrollar la industria metalmecánica, fabrican maquinaria, calentones, además de ropa, abrieron restaurantes como pizzerías que han tenido gran éxito, tienen hoteles y otros giros con los que han impulsado el turismo en los campos menonitas.


Con la incursión de grupos delictivos en la región -que domina La Línea, el cártel de Juárez-, hubo habitantes de los campos que se dejaron seducir y colaboraron con estos. Algunos han sido detenidos.

“En los conflictos también hay culpa de los menonitas, como en todo, como ustedes que son mestizos, pero el problema se ha crecido”, dice Abraham Peters, de la región de Cuauhtémoc.

En Cuauhtémoc no les preocupa tanto los pozos. “Hay mucha corrupción en el trámite de pozos. El  menonita tiene culpa, no se puede echar la culpa sólo a los otros. El problema mayor es la inseguridad”, abundó Peters.

Con él coinciden otros menonitas. Uno de ellos, quien pidió omitir su nombre por seguridad, adquirió un vehículo, entregó los papeles y le pagaron con un cheque. “El cheque no tenía fondos, estuvo llamando muchas veces al comprador pero no le respondió. Luego le llamaron para decirle que ya dejara de dar lata si no quería que lo mataran”.

Otra situación que dieron como ejemplo, es que ha habido unos cuantos menonitas que vendieron su tierra a gente no menonita, pero en sus propias colonias, donde tienen diferentes costumbres, ideología y rituales distintos.

“Podríamos denunciar ante los ministros al menonita que vendió su tierra y se podría solucionar, pero no sabemos quién es el vecino que compró y con quién nos estaríamos metiendo. Además ningún menonita va a querer comprar mi propiedad por el vecino no menonita. En los campos menonitas el sistema que se tiene es particular para las bodas, funerales, el pago del predial, hay cooperaciones, aseguranza de lumbre, todo se paga por colonia”, dijo Abraham Peters.

Sobre la situación del crimen organizado coinciden en que no hay voluntad del gobierno de solucionar a tanta impunidad.

“Ya no se puede confiar ni en algunos menonitas, no sabemos con quién estamos hablando. Se nos fue la fama, el bienestar”, dice Abraham Peters, quien tiene 50 años de casado en esa región.

En su caso, él tiene ocho hijos y nietos que no están dispuestos a irse, porque tienen arraigo, insiste Peters. “Unos quieren irse y otros no, yo no me iría sin ellos.

“No sé cómo explicar pero influyó la corrupción. Podemos ir con los ministros del campo para corregir el problema, pero no se hace por miedo, por desconfianza porque no sabemos con quién nos vamos a meter. El que tiene dinero le ha ido muy bien y resulta que para muchos de ellos no existe el orden de la iglesia. Siento que con esas normas que creamos y dejamo, Dios es el que dice: ‘eso quieren, yo los dejo solos’. Yo no sé quiénes son los amigos de él, no sé como me vaya si denuncio, por ejemplo. Estamos en una etapa que uno no sabe”, abunda y opina que el crimen organizado sí influyó en esa descomposición social de sus comunidades.


Luego reconoce que la gente que quiere vivir “como Dios manda”,  está buscando otras alternativas. “Somos mexicanos, la vida que llevamos es difícil si piensa uno en la tierra. La colonia nueva se está formando en lugares donde llueve, como Brasil y Argentina. Yo sé de unas 10 familias que se han ido a Argentina. El gobernador de allá le dio la bienvenida a mucha gente.

Cerca de las comunidades se ubica el rancho San José Babícora, un lugar en el que habitan mestizos, es pintoresco y dio vitalidad a la región durante años. Ahora está casi solo por amenazas del grupo delictivo que opera en la zona. Los menonitas no desean que sus campos y comunidades se conviertan en fantasmas, como el rancho vecino, donde ya no hay familias completas, sólo unos cuantos adultos mayores y niños.

“El agua no tanto el problema, últimamente han aceptado nuevos métodos para tecnificación, pero los combustibles son muy caros y el precio del grano no permite tener utilidad. No queda más que trabajar pero la situación es difícil por los precios y porque la inseguridad es muy mala”, refiere Abraham Peters.

Enrique Wieber, de la comunidad Monitoba del municipio de Cuauhtémoc y consultor de menonitas, también coincide: “Sí hay gente que anda buscando terrenos dónde asentarse, no necesariamente en Argentina, Colomibia, es en donde puedan encontrar tierras. El problema no es la falta de agua, lo que hace falta es más tierras. El problema de agua no es lo principal, en Cuauhtémoc o en el estado de Chihuahua tiene solución, no es algo que no tenga otras alternativas, hay alternativas de tecnificación”.

El diputado panista Humberto Pérez Mendoza dio a conocer que el acuífero de Cuauhtémoc está en focos rojos a nivel nacional, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, por lo que se conformó dentro de la organización Cuauhtémoc Unido, en donde empresarios, menonitas y otros sectores, trabajan en mesas de seguridad, medio ambiente y otras problemáticas.

“En la mesa de medio ambiente, se está pidiendo al estado que determine la situación actual del acuífero. Los menonitas están cambiando de técnica de riego de rodada a riego por cintillo en más de 50 mil hectáreas. Eso representa un ahorro del 40 por ciento de agua, favorece a la producción”

Explicó que buscan que las autoridades generen técnicas para aprovechar el agua de lluvia, como la que capta la Laguna de Bustillos en Anáhuac. “La Conagua tiene que hacer pozos de recepción y no de extracción.

El legislador explicó que en Cuauhtémoc hay dos colonias y una de éstas, la Monitoba, no tiene escrituras individuales. Cuando los menonidades de esa colonia acuden a presentar proyectos, las reglas de operación les impiden acceder a apoyos porque les piden título de la propiedad de terreno. “Se está viendo con gobierno del estado que se haga ese procedimiento, de escriturar individualmente”.

Pérez Mendoza opina que actualmente hay generaciones de agricultores, la gran mayoría, pero las nuevas generaciones han incursionado en otras industrias como la del turismo y la metalmecánica. Hay opciones para que crezcan y están por implementar un gran proyecto comercial.

Hasta ahora, de Cuauthémoc se han ido pocas familias, no sólo a otros países sino a otras entidades como Chiapas, Campeche o Durango.

EL PROBLEMA SON LOS BARZONISTAS: JACOBO WIEBE; QUE SE VAYAN: BARZÓN

El conflicto más grave por el agua, se registró desde 2012 en la región noroeste, específicamente en los municipios de Buenaventura, Villa Ahumada, Namiquipa y Riva Palacio.

Jacobo Wiebe, quien vive en la colonia El Valle, ubicada cerca de la cuenta Río del Carmen -que pelean entre los productores de la región-, dice que aún no están seguros de irse de Chihuahua, pero reconoce que unas cien familias de esa zona ya conformaron una nueva colonia en Brasil.

“Creo que no nos vamos a ir así tan fácil. El problema primero, la mayor parte es por El Barzón, ya no trabajamos agusto No tenemos la necesidad de estar batallando con gente así.
Sí hubo casos en los que otorgaron permisos ilegales, pero muy pocos, mínimo, no era para que se metieran en terrenos tan malos como andaban haciendo (de denunciar y exigir a autoridades el cierre de pozos menonitas). Eso era para resolverse de otra manera mucho más fácil para no incomodar tanta gente. A través del diálogo, así es. Nosotros no somos gente de conflicto”, aseguró Wiebe.

Luego arremetió:

“El problema es que ven que nosotros trabajamos y a ellos  les da envidia, ellos lo que no quieren es trabajar. Eso nos ofende y ese es el motivo. No tenemos necesidad de andar batallando. Sí estamos batallando un poco con el agua, pero no sería ese el motivo de que nos fuéramos”. 

¿Y el crimen organizado los molesta como en Cuauhtémoc?, se le cuestiona.

"Nosotros acá no hemos tenido problemas conellos para nada. Lo que sí tenemos es con El Barzón. Bueno, este año no tanto como el pasado, ya se calmaron. Este año hemos trabajado más agusto", refiere, aunque reconoce que una parte de la comuniad no tiene la misma opinión de los barzonistas.


“El gran problema es la corrupción en el agua. Sí hay casos también en los que la Conagua ha dado permisos irregulares. Aquí en México si tienes dinero todo lo puedes hacer, si no, no. Sí hay corrupción por todos lados. Aquí no veo solución para eso, hay tanta corrupción que no veo la solución, desde arriba hay pura corrupción”, insiste.

Hay algunos lugares que han visitado otros países. La primera opción era Canadá, pero luego les convenció más Brasil principalmente, a donde ha ido la mayoría que ha emigrado.

“Ya hay gente que se ha ido, muy pocos todavía. Están viendo cómo se van a comportar la gente ahí. Allá ya hay una colonia más o menos allá, unas cien familias que se fueron de la región. Si nos vamos no es por el problema de los pozos”.

El conflicto más grave en la región que abarca la cuenca del Río del Carmen (Buenaventura, Villa Ahumada, Riva Palacio y Namiquipa), causó crisis en el 2012, luego de una larga sequía y del otorgamiento de permisos irregulares por parte de Conagua.

La Conagua, Profeco, la Fiscalía General del Estado y la Secretaría de Desarrollo Rural, clausuraron dos presas de los campos 93 y 72 en Riva Palacio, lo que desató la ira y el temor de los menonitas. Fue entonces cuando anunciaron que se irían de la entidad.

En el operativo emprendido por las autoridades, descubrieron que había permisos de tierras para uso ganadero, que estaban utilizando para uso agrícola, tenían pozos, electrificación y lo que se requiere para extraer agua de riego. Los menonitas mostraron permisos apócrifos y quedó evidenciada la Conagua.

El menonita German Hans denunció que Conagua tardaba hasta dos años para entregarles un permiso que les cobraban hasta 15 mil dólares. Ellos no podían dejar de trabajar para hacer producir la tierra. El menonita Abraham Siemens se pronunció por el diálogo para resolver el complejo conflicto.

Los barzonistas contabilizaron unas 53 represas sobre el cauce del río del Carmen y 150 obras de agua superficiales y 154 pozos irregulars.

En octubre de 2012, con el asesinato del matrimonio de Ismael Solorio y Manuela Solís, defensores del medio ambiente y que estaban en contra de la minera El Cascabel, filial de Mag Silver, el ánimo se intensificó y El Barzón exigió a las autoridades que actuaran.

Para Joaquín Solorio Urrutia, hermano de Ismael, el hecho que hayan cambiado de técnicas de riego, no justifica que sobreexploten los pozos en el estado.


“En lo personal, la forma de trabajar de momento es organizada, de la mayoría, con uso eficiente del agua, de sistema de riego, pero el capital que tienen a muchos les permite hacer perforaciones ilegales, no sólo a menonitas, también a algunos mestizos”, dijo Solorio.

Sobre la migración de los menonitas, opinó “que se vayan, considero que si es por el agua, que se vayan a otro lugar porque si continúan así, se va a agravar el problema del agua y se va a escasear más porque continúan abriendo o usando pozos ilegales. Siempre los han tenido tecnificados, pero por ejemplo, los recursos públicos que se otorgan a través de la Sagarpa, la mayoría de beneficiarios son menonitas”.

“El problema de la Conagua viene desde tiempo atrás y continúa. ¿Cuál es el mensaje que envían las autoridades a la ciudadanía? En lugar de actuar contundentemente, no tienen el nivel de la ética que deberían tener. No veo solución a corto plazo porque la autoridad no ha querido actuar”, aseveró.

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