*Con veda no
hay trabajo
*De
dirigente a regidor
*De campañas
y viajecitos
*Debate por
canal exclusivo
*Arreglo en
el Campestre
*El que sin
más ni más dijo “ya me voy a mi campaña” fue el ex dirigente estatal del
Partido Nueva Alianza Ramón Álvarez, y así sin más ni más también dejó al
coordinador de los diputados César Tapia en su lugar. Lo curioso es que como
él, fueron varios que primero se registraron como candidatos y luego pidieron
permiso en su encargo actual. Así que por si ganara como regidor, el diputado
Tapia ya amarró trabajo terminando su labor en el Congreso del Estado, a donde
llegó por la alianza con el PRI. Qué tal.
*En campaña
se hacen retratar con gente “pobrecita”, con niños y señoras despeinados de
colonias populares, para que la gente crea que de verdad al ganar una elección
se interesarán por ellos a los que ahora usan para ganar votos. Cuando no es
campaña las fotos que les gusta presumir es de sus viajes a todos los rincones
del mundo, si pueden hacerlo capitalinos hijos de líderes nacionales, ¿por qué
los hijos de líderes y funcionarios locales no podrían hacerlo? Y vaya quemón
que les pusieron a la hoy candidata Mónica Morales y sus hermanos, hijos de la
versión chihuahuita de Elba Esther, la líder vitalicia” del Sindicato al
Servicio de Gobierno del Estado, Xóchitl Reyes, quien pese a tener encima una
acusación de fraude y ahora dar cuenta de cómo viven la vida loca sus vástagos
ni sufre ni se acongoja. ¿Lo peor? Es que a diferencia de otros lugares y otras
personas, en Chihuahua nada pasará.
*Y quien sí
que está demostrando de qué cueros salen más correas en eso de los negocios, es
don Ricardo Boone, quien ya se quedó con todo el canal 10, y ahora está sacándole
jugo al por mayor. Resulta que el esperado, al menos para ellos por los
reflectores, debate entre candidatos a la Alcaldía de Chihuahua, este viernes a
las 19:00 horas, sólo será transmitido por Antena 102.5 FM, 760 de AM, Antena
TV canal 10, y estará prohibido cualquier reproducción en algún otro medio, ¿qué
tal?
*Ya se veía
venir y no con muy buenos ojos, el arreglo al que finalmente llegó Carla
Herrera con el Club Campestre, en el multicitado caso de discriminación que
sufrió al no permitírsele la entrada a su esposa y sus hijos. Hace unos días
apenas, Herrera dijo que iría hasta instancias internacionales, para más tarde
saberse que ya no había demanda de por medio y sí un arreglo, que se antoja
bastante oneroso. Obviamente, la comunidad no heterosexual de Chihuahua no
quedó conforme con la salida que se le dio a todo el asunto, cuando quedó sobre
entendido que cualquier atropello a los derechos humanos, principal argumento
de Herrera, puede quedar en el olvido tras negociar. Alguna vez un periodista
le preguntó a Carla para qué quería que su familia estuviera en un ambiente
donde no son bienvenidos, quizá la respuesta ahora, si bien simplista aunque no
tan descabellada tras los resultados, podría ser simplemente para mantener un
estatus. Así las cosas.