lunes, 22 de abril de 2013

Una consagración entre poder, cantantes y cómplices religiosos


El gobernador, acompañado por líderes religiosos y cantantes
La Consagración de Chihuahua a los Corazones de Jesús y María, evento realizado el sábado pasado en el gimnasio Manuel Bernardo Aguirre, llamó poderosamente la atención por la participación de cantantes, un posible rompimiento con el Estado laico y con la manera en que el gobernador del estado, César Duarte, expresó disculpas públicas por la situación de inseguridad de la entidad.

“Esa nube que se presenta en la anticultura de la muerte, que se caracteriza, entre otras cosas, como la droga, que se presenta como si fuera Dios, que ofrece vida, pero da muerte” resaltó previo a lo que comentaría el propio gobernador en su discurso el monseñor Rafael Sandoval Sandoval, Obispo de la Diócesis Tarahumara.

“Es el sindicato de la muerte; tiene varias formas: violencia, suicidio, aborto. Negar que esto esté causando muchas víctimas en Chihuahua y derramando muchas lágrimas sería ingenuo; inflarlo, como si fuera lo único, sería mentira. La desigualdad social y la muerte ensombrecen el estado”, agregó.

El evento estuvo repleto por personalidades de la vida pública y política del estado, debido a que el gobernador del estado, César Duarte Jáquez, prácticamente convocó a sus allegados y simpatizantes para presenciar “su consagración”, aunque después alegó que ello va en derecho a una creencia personal.

El evento tuvo de igual forma la intención de incidir en la ciudadanía para que la violencia y la inseguridad disminuyan, ello al propiciar un cambio en la mentalidad de la gente, y por lo cual el discurso de Sandoval fue el más real, más apegado a lo que vive el pueblo de Chihuahua que es azotado por la violencia y la impunidad.

Rafael Sandoval hondó en que sin Dios nos deshumanizamos, situación que comparó con los sicarios, quienes al matar rompen con su humanidad. Con la consagración buscan que la conversión personal, comunitaria y social no solo sea decorativa, sino genera actitudes positivas que impacten, “De nada sirve reconocer los ídolos, si les seguimos ofreciendo tributo. La cuestión es de vida o muerte, o nos dejamos convertir, o morimos”.

La euforia de la gente se dejaba sentir, pues tal y como en la película de El Padrecito de Mario Moreno “Cantinflas” aplaudían cada vez que terminaba una frase. Habló de que el mundo se ha desajustado, que los rarámuris buscan y siembran paz a través de la danza y la fiesta, su presencia en las ciudades es una gracia que hermosea no una desgracia que afea.

“Ellos son un grito callado de una propuesta milenaria y más cristiana de lo que pensamos, de un mundo más fraterno y más humano, por lo tanto, respetemos, conozcamos, valoremos y aprendamos de este mundo tan pobre y rico a la vez, y recordemos que los pobres siguen siendo el criterio evangélico. Los débiles, hoy no son sólo los indígenas, y lo importante no es hablar de los pobres, sino estar con ellos”, agregó.

De igual forma fue notable la presencia del integrante de TV Azteca, Alexander Acha, y el cantante Emmanuel, quienes cantaron la famosa Guadalupana acompañados por matachines.

Después del evento, Duarte fue a Aguascalientes y argumentó la consagración como algo histórico. “Las seis diócesis del estado convocaron a todo el estado a un acto de redención a un acto meramente de valor en el sentido de la convocatoria de la iglesia católica y todo lo que abona a un ánimo de recuperación de la paz un ánimo de reflexión de la paz, todo ayuda sin duda y ahí estamos más que comprometidos”.

Descartó que ello rompa con el Estado laico. “En lo personal tenemos también nuestro propio derecho de asumir la creencia que nosotros, cada uno con libertad podemos definir y en ese sentido fue un acto personal de mi familia y se entorna a una institución que sin duda también tiene una gran presencia en Chihuahua y en el país”, respondió a la prensa de aquella entidad.