viernes, 7 de junio de 2013

Enredados

*Baja la voz en el General
*La denuncia como pretexto
* Debate que se hace bate
*Al son del reclamo

*Quienes llegaron tarde a la conmemoración de un aniversario más del Hospital General esta mañana, pudieron darse cuenta de que el tono del gobernador César Duarte, era mucho más bajo que lo necesario para un hospital, hasta la bendición del cielo para Chihuahua no fue igual que siempre, le faltó ímpetu o bastante fe. No era para menos. Su llegada al lugar fue más bien un tanto digamos desastrosa, aunque no tanto como lo fue para una de las doctoras del hospital. De inicio el mandatario se enojó porque en el hospital no tenían de la marca de agua embotellada que a él le gusta. Para seguirle, a pesar de que el personal tenía toda la logística preparada como lo acostumbran, el equipo de seguridad de Duarte, tipo Swat con cara dura y todo, llegó y lo mandó todo al diablo, y hasta allá prácticamente fue a caer una de las doctoras, que junto con enfermeras fungieron hoy como “edecanes”. Y es que la atrevida mujer pasó por donde no debía, como si no fuera un lugar público, y ándale, que un guardia sin más ni más y quizá imaginando un grave peligro en ella para el gobernador, la aventó. Total que a Duarte no le quedó más remedio que bajar aún más la voz, luego de que la doctora, apellidada Maldonado, resultó lesionada de un brazo y ahora deberá estar incapacitada un mes. En voz aún más baja, el rumor en el hospital a esa hora era por la adrenalina de ver el suceso en los medios. Quizá para la hora de salida el rumor se hizo grito de enojo, al ver que efectivamente, no salió en ninguno.

* Y hablando de médicos, los que no hallan si usar el alcohol para las heridas o para olvidar todos los problemas, son los doctores de Guadalupe y Calvo y de Guachochi, que de plano no saben con quién les iría peor, si con los grupos armados que a diario los amenazan allá, o si con las autoridades que todos los días los reducen y los abandonan desde acá. Y es que a pesar de las constantes amenazas y gritos de ayuda que desde aquellas zonas serranas lanzan a través de los medios, cuando uno de ellos es amenazado o de plano ya no vive para contar nada; las autoridades lo resuelven todo apelando, como siempre, a la falta de denuncias. Si se trató de las cifras de homicidios de mujeres, lo resolvían diciendo que lo oficial era lo basado en las denuncias, si se trata de los dichos de los médicos, no es verdad porque no hay denuncia formal. Se les olvida que en el caso de los homicidios no se requiere una denuncia para investigarlo por oficio, y si se tratara de sólo querer cambiar de residencia, seguramente los doctores no serían tan tontos como para llamar la atención en vano cuando se trata de un tema tan fuerte como el crimen organizado.

*Un debate que se hizo bate y batió a todos los participantes, fue el que se realizó la tarde- noche de hoy en los Seminarios de la UACh, y en el que ninguno de nuestros insignes candidatos con nombre de galanes de novela: Miguel Alonso, Javier Alfonso, Manuel Arturo y hasta Emilio Ramón Ramiro, salió bien librado. Que si uno porque discrimina a los que no son ricos, delgados y deportistas como él, y que aunque los necesita como votantes alguna vez llamó nacos; que si otro porque reprobó en construcción al dejar la ciudad prácticamente desmadrada por las obras del Vive Bus, aunque se defendió al decir que de panzazo, pero pasó; que si uno porque si bien parecía tener buenas propuestas y un humor que despertó a varios que ya de plano cabeceaban como el dirigente del PRI Leonel de la Rosa, sentado junto al dirigente panista Mario Vázquez; y pese a ostentarse como “candidato ciudadano” esas dos letras amarillas del PT sobre fondo rojo nomás no le ayudaron; y que si un último que fue el que más cuestionó casi directamente a los otros, no tenía el derecho por haberle dicho al PAN “qué lástima, pero adiós”, y que fue quien destapó la supuesta personalidad oculta de un Riggs en cuyas espaldas pudiera estar la esperanza de muchos, hartos ya del PRI y su retraso en obras y sus impuestos, y sus promesas sin resultados; pero que nomás no termina de concretar ni una propuesta valiosa, pero sí alcanza para hacer reír al menos, con ideas, de niño nice, como los cuatro drones que compraría para que sobrevolaran la ciudad. Qué tal, casi como Iron Man dijo Narvaez.

*Si todas las manifestaciones fueran así de festivas y cautivantes, quizá no importara que los gobiernos no cumplieran, como con la Plaza del Mariachi, que en alguna de esas mesas de trabajo que tanto gustan a gobernantes y funcionarios, aunque al final casi nunca resulten en nada; comenzó a proyectarse su creación, precisamente ahí donde mejor quería trasladarse un Mausoleo con todo y su historia villista. Pero ni una cosa ni la otra, y los manifestantes de hoy, de traje de broches e hilos, de guitarrón y trompeta, de sentimiento y voz; dijeron que no era justo que se dijera una cosa y se hiciera otra, como casi no ocurre en Chihuahua, claro que no; y que menos que justo era que los lugares ya están destinados para amigos, familiares y colaboradores cercanos del jefe jefe de Palacio, y de la Plaza del Mariachi, ése que alegra en bodas y funerales, con Las mañanitas y Las golondrinas,  no se escuchara ni una nota de avance. Y aunque su voz se escuchó bravía dentro de Palacio de Gobierno a donde llegaron buscando al gobernador o al secretario, o a quien estuviera; los mariachis comprobaron que no siempre música sonada es música pagada.  Tan tan.

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