viernes, 31 de enero de 2014

La Fiscalía General del Estado no investigó 7 homicidios de la familia Reyes Salazar: CNDH

Foto: elmundo.es
La Fiscalía General del Estado y principalmente en la zona norte, no investigó los asesinatos de siete integrantes de la familia Reyes Salazar, del Valle de Juárez, dejó inactivas durante meses e incluso años, las carpetas de investigación, de acuerdo con la recomendación 83/2013 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Por lo menos diez agentes del Ministerio Público que integraron y/o atendieron las capetas de investigación, fueron omisos y negligentes en las investigaciones respectivas y el Estado mexicano, también fue incapaz de proteger a los familiares que sobrevivieron, a pesar de que ellos denunciaron amenazas e incendios de sus viviendas, que tampoco fueron investigados.

La CNDH detalla cada caso, inicia con el homicidio de la activista Josefina Reyes, asesinada el 3 de enero de 2010, luego de exigir justicia por el asesinato de su hijo Julio César Reyes, asesinado en noviembre de 2008, año en que inició el Operativo Conjunto Chihuahua.


Detalla que cada integrante de la familia es víctima de la fiscalía, porque sus crímenes quedaron impunes en el caso de los asesinados y el resto debió desplazarse de su lugar de origen. En el 2012 les dieron asilo en Estados Unidos.

Registra los homicidios de Josefina Reyes Salazar ocurrido el 3 de enero; Rubén Reyes Salazar, el 18 de agosto de 2010; María Magdalena  y Elías Reyes Salazar, asesinados el 7 de febrero de 2011 y Luisa Ornelas de Reyes, también ejecutada con estos dos últimos; y el 14 de agosto de 2011, privaron de la libertad y asesinaron a Isela Hernández Lara, “familiar por afinidad” de Marisela Reyes Salazar, hermana de la familia victimada a lo largo de tres años.
Sara Salazar con la foto de su hija.


La mamá de los hermanos Reyes Salazar, Sara Salazar Hernández y toda la familia de Saúl Rubén Reyes Salazar, uno de los sobrevivientes, obtuvieron asilo político en el 2012, las autoridades estadounidenses los avaló como activistas y denunció que el gobierno mexicano no pudo protegerlos ante el miedo fundado de persecución.

Las carpetas de investigación, reitera la CNDH, tienen lagunas de tiempo entre una diligencia y otra. Dichas diligencias consisten en llamadas telefónicas a familiares o conocidos de las víctimas, así como visitas a vecinos de la familia, quienes no quisieron declarar. También presentaron a la CNDH un oficio en el que intentaron declararse incompetentes de esos casos y declinarlo a la Procuraduría General de la República (PGR).

Advierte sobre la necesidad de que la Fiscalía General del estado de Chihuahua cumpla con el deber jurídico de prevenir la comisión de conductas delictivas, investigar con los medios a su alcance los ilícitos que se cometan en el ámbito de su competencia, a fin de identificar a los responsables y lograr que se impongan las sanciones pertinentes, así como de proporcionar a las víctimas del delito un trato digno, sensible y respetuoso y, fundamentalmente, brindarles una debida atención.

En el caso de Josefina Reyes, indica  que previo a perder la vida, ella había encabezado una serie de marchas y movimientos contra la represión, la violencia y la violación a los derechos humanos por parte de las fuerzas federales concentradas en Ciudad Juárez, Chihuahua, para combatir el crimen organizado.

También participó a través de una organización civil no gubernamental, en el foro contra la militarización y la represión, lo que derivó en la privación de la libertad de uno de sus hijos y del asesinato de otro,  el 16 de noviembre de 2008, año que inició el Operativo Conjunto Chihuahua.

Sobre Rubén Salazar dice que fue privado de la vida por disparos de arma de fuego en el municipio de Guadalupe, Distrito Bravos, Valle de Juárez y era parte de otra organización civil.

En el asesinato de uno de los hijos de Josefina Reyes, indica que cuando la CNDH consultó el caso, la autoridad estatal no había determinado indagatoria alguna, por lo que los hechos continúan impunes, a más de cinco años.

En los otros homicidios, señala también dilación y omisiones en la integración de las carpetas, encontró alteraciones.

En la carpeta del caso de Rubén Reyes, se evidencia que un agente del Ministerio Público recibió los dictámenes periciales en criminalística de campo y en química  y seis meses después de los hechos, el 18 de febrero de 2011, otro agente solicitó a la Policía Estatal realizar la investigación solicitó a la Policía Estatal realizar la investigación respectiva, lo que reiteró otro agente más, dos años y medio después, hasta el 1 de febrero de 2013: “sin que al momento de la consulta realizada por personal de esta comisión nacional el 13 de junio de 2013, obre constancia de que la Policía Estatal hubiere rendido su informe de la investigación respectiva”.

Hasta el 31 de enero de 2013, uno de los agentes solicitó las actas de nacimiento, matrimonio y de defunción de los descendientes de Rubén.

“Llama la atención que a pesar de que el 31 de agosto de 2010 se planteó al director de la Zona Norte de Servicios Periciales y Ciencias Forenses de la Fiscalía General solicitud de dictamen pericial en materia de balística forense, no fue sino hasta dos años y seis meses después, esto es, el 1 de febrero de 2013, que AR12, envió un recordatorio para tal efecto, aunado a que no obra constancia de que se hubiere recibido en la unidad requerida”.

“A más de tres años de ocurridos los hechos en que fuera privado de la vida V2 (Rubén Reyes), no obran actuaciones tendentes a su investigación, que permitan la identificación de los probables responsables”.
Los otros casos de homicidio presentan irregularidades similares, ya que las carpetas de investigación han permanecido dos años, inactivas.

En ningún caso tienen esclarecido siquiera el móvil, ni han identificado a los probables responsables, a pesar del tiempo transcurrido, pero tampoco se observa voluntad para hacer.
Casa de Sara Salazar, incendiada

Y advierte que a pesar de que la Fiscalía General de Estado de Chihuahua, tuvo conocimiento de los homicidios desde 2008 y de que hubo amenazas de muerte hacia otras víctimas que posteriormente también fueron asesinadas, fue omisa en establecer mecanismos de prevención en su favor para evitar que sufrieran nuevas amenazas o agresiones a su vida, o bien, disponer de las medidas necesarias para salvaguardar la integridad psicofísica de los demás familiares de los agraviados.

La omisión de los diez agentes que tuvieron en sus manos loso casos, consiste pues, en practicar las diligencias mínimas necesarias para la investigación de la verdad histórica de cada uno, tampoco buscaron informes policiales ni dictámenes periciales, por lo que encontraron una deficiente actuación ministerial.

Los sobrevivientes han sido lesionados de diferentes maneras porque sus domicilios y negocios fueron incendiados, pero la fiscalía informó a la CNDH que no había denuncias, a pesar de que fueron hechos púbicos dados a conocer en medios de comunicación.

“De esta manera, las víctimas y los ofendidos no sólo se enfrentaban a las consecuencias derivadas del delito, sino que, además, padecían de una sensación de inseguridad, indefensión y desconfianza en el sistema de procuración de justicia; acciones y omisiones que forzaron a los familiares, a salir del estado de Chihuahua, en búsqueda de salvaguardar su integridad física”.
Panadería de los Reyes, incendiada.


Las recomendaciones son:
1.      
      - Brindar asistencia médica, psicológica, social y material necesaria a los familiares de las víctimas.
2.     
              -- Brindar medidas de protección urgentes (después de dos años y más), para los integrantes de la familia      agraviada o residen en otra entidad federativa.
3.       
       - Que la fiscalía realice las acciones necesarias para la integración y determinación de las carpetas correspondientes a cada homicidio.
4.       
                 - Que  la fiscalía colabore con la queja de la CNDH para determinar la responsabilidad de los servidores públicos que fueron omisos y negligentes en los casos.
5.       
          - Que se colabore en la presentación y seguimiento de la denuncia de hechos preentada por la CNDH, contra los servidores públicos.
6.       
           - Que se den medidas pertinentes para que a los familiares desplazados se les respeten sus derechos humanos o bien, les brinden lo necesario en caso de que deseen regresar a su lugar de origen.
7.       -
                     - Que se garantice la no repetición de ese tipo de actos.

8.       
-        - Que se implemente un Programa Integral de Capacitación y Formación en Materia de Derechos Humanos, dirigido a todo el personal del gobierno del estado de Chihuahua 

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