Desde hace
aproximadamente una semana, había seleccionado el tema de mi siguiente artículo,
cosa que no sucede muy a menudo, por la rapidez en que los temas de interés general
cambian.
Se trataba
de un tema preocupante porque tiene que ver con la tan presumida cultura de la
legalidad en Chihuahua; sin embargo, de última hora opté por exponer otro tema.
No es que el tema elegido con tanto
tiempo ya no sea importante; lo que sucedió, es que lo que del 7 al 10 de este
mes viví en la Ciudad de México, amerita de una profunda reflexión.
Esos días, -en
representación de la Red Libre Periodismo de Chihuahua- tuve la oportunidad de convivir
con un gran número de valiosas y valientes personas -en su mayoría periodistas-
de diferentes estados de la república.
Esto, durante el Taller “Narrativas Digitales para Visualización de
Datos” que se llevó a cabo en las instalaciones del Centro de Investigación y
Docencia Económicas (CIDE).
Sin duda
alguna, todo lo ahí expuesto fue de gran interés y utilidad; sin embargo, este
artículo tiene como objetivo hacer énfasis en los temas que cada equipo de
trabajo eligió para desarrollar como proyecto final de “animación de historias
y datos”.
De esos temas,
es que surgió el título de este artículo porque uno de los equipos -conformado
por compañeros del Distrito Federal- eligieron como tema “asaltos en transporte
público”, al cual le dieron un enfoque “irónico”, enfatizando lo que el
gobierno del DF dice al respecto: ¡aquí no pasa nada!
Los temas de
los demás equipos fueron variados, pero prácticamente todos podían ser ubicados
en el “aquí no pasa nada!”: el secuestro
del periodista Gregorio Jiménez en Veracruz, el injusto encarcelamiento -por 13
años- de Alberto Patishtán, los feminicidos en México y las causas por las que
las autodefensas entraron en acción Michoacán , fueron algunos de los temas
planteados y desarrollados por los equipos participantes en el Taller.
Adicionalmente,
en las conversaciones que se daban entre los asistentes -en los pasillos, de
butaca en butaca o durante los recesos-, podían escucharse un sin número de
historias de ese México en el que “no pasa nada!”, y fue inevitable no
relacionarlo con el Chihuahua en el que el Gobernador César Duarte dice que “aquí
no pasa nada”; ese en el que la violencia son solo hechos “aislados”, y en el
que ya todo es paz y tranquilidad.
Sin duda
alguna –y por obvias razones-, el tema más sentido y comentado, fue el caso el
del secuestro –desde el pasado 5 de febrero- de Gregorio Jiménez, sucedido en Coatzacoalcos,
Veracruz (Estado gobernado por otro Duarte -pero de nombre Javier-).
Y es que mientras
que el gremio periodístico, comunidad en general y organismos locales, nacionales
e internacionales se han solidarizado solicitando -a través de diversos medios-
una investigación seria respecto a la desaparición de Gregorio Jiménez, las
autoridades municipales, estatales y federales se lo están tomando tanta calma,
dando muestras de seguir instaladas en el “aquí no pasa nada”
Aún y cuando
el Gobierno de Veracruz se empeñe en decir que ahí no pasa nada, organismos
internacionales han catalogado a ese estado como el más peligroso para ejercer
el periodismo en México.
En general -y
de acuerdo a los expertos en materia de periodismo y libertad de expresión-, México
es un país en el que ser periodista sigue siendo una actividad de alto riesgo,
y Veracruz es el estado que más agresiones en contra de la libertad ha
presentado durante los últimos años.
En fin… con
todo lo anterior, podemos darnos cuenta de que vivimos en un país en el que según
los gobiernos “no pasa nada”, pero a los ciudadanos nos pasa de todo.
En esta
ocasión, finalizo con lo dicho alguna vez por el poeta y político mexicano, Jaime
Sabines: “Aquí no pasa nada; mejor dicho, pasan tantas cosas juntas al mismo
tiempo, que es mejor decir que no pasa nada.”
Correo: laecita@gmail.com
Artículos anteriores: laecita.wordpress.com
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