Desde el Poder Ejecutivo prepararon el camino para controlar
el Supremo Tribunal de Justicia (STJ), colocaron a cinco magistrados en un solo
proceso y al secretario general priistas, mientras que el Partido Acción
Nacional (PAN) negoció dos magistraturas, de las últimas trece designadas.
El pretexto de una “profunda” reforma al Poder
Judicial, fue “oxigenarlo” de vicios antiguos, pero convirtieron la elección de
trece magistrados, en una contienda electoral.
El reto se logró con la colaboración de todas las
fracciones del Congreso del Estado, que con reformas legislativas obligaron a
jubilase de manera forzada a ocho magistrados (varios del ala crítica en el
Pleno del STJ) y eligieron a trece nuevos magistrados, siete políticos del PRI
o del PAN.
Las reformas a la Constitución Política del Estado
de Chihuahua y a la Ley Orgánica del Poder Judicial, así como el procedimiento
de elección, fue impugnada por diversos grupos de abogados, que buscan
evidenciar la “aberración” política que invade al Poder Judicial en un ambiente
de impunidad que vive la entidad desde hace años.
El primer presidente del STJ con el que trabajó el
gobernador César Duarte Jáquez al asumir a gubernatura, fue Javier Ramírez
Benítez, quien le acompañaba a todos los eventos públicos y se ganó el mote de
“Edecán”, entre la ciudadanía y círculo político.
Al concluir los tres años de Ramírez Benítez, el Pleno del Poder Judicial decidió no
reelegirlo y nombraron a un magistrado más independiente, a José Alberto
Vázquez Quintero, quien quitó la imagen de su antecesor, pero en menos de cinco
meses lo obligaron a renunciar por presiones externas a su encargo.
En noviembre de 2013, crearon la Sala Constitucional
y nombraron como magistrado al parralense José Miguel Salcido Romero, tío de la
esposa del gobernador, Betha Olga Gómez Fong, de acuerdo con señalamientos que han hecho grupos de abogados.
Salcido Romero fue nombrado presidente del Poder
Judicial cuando forzaron la renuncia de Vázquez Quintero, en febrero del año
pasado. Asumió en medio de reclamos de juristas que cuestionaron su
nombramiento y el procedimiento para hacerlo presidente.
La actual legislatura, de manera exprés, anunció en
septiembre una mesa trabajo que sesionó a puerta cerrada, para reformar la Ley
Orgánica del Poder Judicial. El 14 de octubre la aprobarían. Sin embargo,
decidieron reforma primero la reforma a Constitución local en materia del Poder
Judicial, aun cuando no lo habían contemplado.
Durante casi un mes y de manera intensiva, el Pleno
del Supremo Tribunal de Justicia trabajaba en una propuesta de reforma a la Ley
Orgánica, pero la visita de un diputado panista, los alertó
porque la propuesta que él les llevó era inviable debido a que violaba la
Constitución local y así se lo señalaron.
El legislador llevó la alerta al Congreso del
Estado el viernes 10 de octubre y el 14 subieron la reforma a la Constitución
local al Pleno. Fue aprobada por unanimidad.
Los magistrados se quedaron con su propuesta en la
mano, porque mientras ellos preparaban la reforma a la Constitución y así lo
anunciaron a los diputados, estos la aprobaban sin tomarlos en cuenta.
Ese martes, los magistrados habían firmado la
propuesta, incluido el presidente José Miguel Salcido, pero la propuesta que
nunca llegó al Congreso.
Con la nueva ley, forzaron a renunciar a ocho
magistrados por su edad, incluidos dos que apenas llevaban ocho años en su
encargo y se retiraron con el cien por ciento de su sueldo y prestaciones, para
que no hicieran escándalo. Ganan casi 140 mil pesos al mes.
Junto con la preparación de la reforma, desde el
poder, impulsaron una campaña mediática de desprestigio de la figura de los
magistrados, para posicionar el nepotismo que estaba impregnado en el Poder
Judicial y varios desistieron de luchar, a pesar de que no todos tenían
familiares trabajando en el STJ y no se comprobaba que ellos los hubieran
metido.
La ex magistrada de la Sexta Sala Penal del Supremo
Tribunal de Justicia, Rosa Isela Jurado Contreras, promovió un amparo contra la
reforma a la Constitución local, alegó intromisión del Poder Legislativo y violación
a sus derechos fundamentales porque la forzaban con otros siete magistrados, a
jubilarse.
El amparo fue radicado en el juzgado Décimo de
Distrito con el expediente 1266/2014, en donde señaló como autoridad
responsable al Congreso del Estado, al gobernador César Horacio Duarte Jáquez; al secretario de gobierno,
Raymundo Romero Maldonado; al presidente del Supremo Tribunal de Justicia
(STJ), José Miguel Salcido Romero y a 35
ayuntamientos que aprobaron la reforma en sus respectivas sesiones de Cabildo.
La jueza federal le
negó la suspensión del amparo porque consideró que su acto reclamado quedó
colmado con la reforma a la Ley Orgánica del mismo poder y aunque la magistrada
no se desistió, tuvo que dejar la sala porque como a los otros magistrados jubilables,
la presionaron para que se fuera o de lo contrario, la ley reglamentaria
vendría menos favorable para ellos.
La magistrada reclama
que se le negó conocer la iniciativa de reforma constitucional y ejercer la
facultad en unión con el Pleno, para emitir una opinión oportuna sobre tópicos
que afectan el funcionamiento del Poder Judicial y que quebrantan su derecho humano a la dignidad
y al ejercicio de la función jurisdicción, de acuerdo con el artículo 109 de la
Constitución estatal, que faculta al pleno a la directa presentación de
iniciativas relativas de sus funciones y organización.
“Durante tres semanas
anteriores al 14 de octubre, me integré a la comisión de analizar la reforma a
la Ley Orgánica del Poder Judicial, con un grupo de enlace parlamentario a
través del secretario general del Tribunal… magistrados hicieron notar de la
ley secundaria que ameritaba ajustes para su cabal armonía constitucional y la convencionalidad… De
manera inexplicable, sin que hubiese previa discusión, aprobación y propuesta por el pleno, el Congreso, sin
recabar la opinión especializada, con la sola aprobación de los ayuntamientos
necesarios y en franco desacato a ese precepto constitucional, invadió
funciones y atribuciones propias del Poder Judicial, porque se abstuvo de
recabar y analizar esa opinión”.
Esa actitud es
violatoria a lo dispuesto en el artículo 116 de la Constitución Mexicana porque
reformó preceptos esenciales sin consulta, explica.
Otro punto que
impugna es que la reforma impone el
retiro forzoso de manera automática sin que medie un previo procedimiento, según
la nueva y el artículo tansitorio, situación que implicó sacar a ocho
magistrados y cuestiona que en el presupuesto de Egresos no estaba contemplada
la partida para ese número de jubilaciones, que derivará en un boquete
financiero para el estado.
Ahora un magistrado
podrá durar 15 años desde su nombramiento, cuando antes debía esperar tres años
para que el Congreso del Estado determinara su inamovilidad o no.
Rosa Isela Jurado cuestionó
que la reforma limitara el acceso a la terna a las personas designadas, no
contempla filtros verificables con objetividad, mientras que en las normas
derogadas permitían la participación de cualquier persona que cubriese los
requisitos y en igualdad de condiciones.
Además eliminaron el
examen público de oposición en el que podían participar todas las personas en
igualdad de condiciones, anularon requisitos que exigían para adquirir
inamovilidad como inspección del trabajo desarrollado, el grado académico que
comprende el nivel de estudios, cursos de actualización y especialización
acreditados de manera fehaciente, todo para nombrar con discrecionalidad a
quien convenga a las autoridades en turno.
Ahora, el 50 por
ciento del pleno deberá estar integrado por aspirantes externos al Poder
Judicial y el 50 por ciento por aspirantes internos.
“La exclusiva
finalidad es generar espacios para el ingreso de personas recién nombradas bajo
régimen diverso, es clara la vulneración del derecho fundamental de debido
proceso, la no aplicación retroactiva de la ley a la independencia judicial…”.
También eliminaron la
participación del pleno del STJ, en el proceso de elección de magistrados,
porque ahora una comisión “especial” debe elegirlos y sólo está conformada por
un representante de cada poder.
De esa manera, la ley
permitió que las trece ternas para elegir a los nueve magistrados fueran
designadas por el criterio de tres personas cercanas al gobernador: José Miguel
Salcido del Poder Judicial; el priista y presidente del Congreso del Estado,
Rodrigo de la Rosa Ramírez y el priista y consejero jurídico del Ejecutivo,
Mario Tevizo Salazar.
En un fin de semana decidieron las ternas y fue
evidente el golpeteo en contra de uno de los aspirantes propuestos por el PAN,
a través de filtración de información a columnas políticas y de redes sociales,
pero finalmente lograron acomodar a dos panistas y a cinco priistas.
La reforma impidió que
los candidatos no fueran sometidos a exámenes de oposición. A los integrantes
de las ternas sólo los entrevistaron diputados de las siete fracciones del
Congreso del Estados y quienes ganaron, obtuvieron la misma cantidad de votos cerrados
en el pleno, 29, excepto dos personas que tienen carrera judicial, quienes
obtuvieron unanimidad con 30 sufragios.
De los trece magistrados designados, siete son los
cuestionados, así como el secretario general, recién nombrado:
En la Segunda Sala Penal quedó Jorge Abraham Ramírez
Alvídrez, ex diputado en la pasada Legislatura que pasó a la historia como
sometida al Poder Ejecutivo, dejó su encargo para ser candidato a alcalde en
Cuauhtémoc por el PRI, perdió y el
gobernador lo colocó como coordinador para la implementación del Sistema Penal
Acusatorio.
En la Quinta Sala Penal quedó Rafael Julián Quintana
Ruiz, ex diputado del PAN y cuando fue designado como magistrado era secretario
del ayuntamiento de Cuauhtémoc.
En la Segunda Sala Penal de Juárez, el magistrado es
César Fernando Ramírez Franco, quien tiene experiencia como agente del
Ministerio Público y periodista, antes de ser magistrado, era el director del
Registro Civil y le correspondió acatar decenas de amparos de parejas
homosexuales por negarse a casarlos por el civil; participó de manera activa en
la campaña de César Duarte.
En la Primera Sala Civil ganó José Alfredo Fierro
Beltrán, quien ha presidido asociaciones de abogados. Su esposa fue contralora
del gobierno de Duarte, quien la impulsó para ser directora de la facultad de
Contaduría y Administración, cargo que actualmente ocupa.
En la Séptima Sala Civil, quedó como magistrado el
panista Luis Villegas Montes, que era asesor del grupo parlamentario de Acción
Nacional, ha sido representante del partido ante el Instituto Estatal
Electoral, diputado local y federal. Con él se evidenció aún más, la lucha
partidista para ocupar más magistraturas, ya que los priistas desde diferentes
áreas, filtraron un presunto WathsApp para exhibir que él mismo dudaba de su
honorabilidad.
Por la Sala Civil de Juárez nombraron a quien era
delegado de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y está relacionado
con el PRI, Eduardo Filiberto Terrazas Padilla, quien también sólo tiene
licenciatura.
En la Sala de lo Contencioso, Administrativo y
Fiscal, eligieron a Gabriel Sepúlveda Reyes. Él fue diputado por el PRI en la
pasada legislatura local, aspiraba a ser alcalde por Parral pero en una jugada
política, el PRI nombró candidato al panista Miguel Jurado Carreón (actual
alcalde de Parral) y a Sepúlveda le dejaron como compensación, la secretaría
general del Supremo Tribunal de Justicia.
Fue señalado por el juez de Garantía de Parral, Guillermo
Gómez Cortés, de dar “línea” y presionar a los jueces para resolver asuntos,
por lo que ese juzgador promovió un amparo para evitar que lo cambiaran a Ciudad Juárez como represalia al no acatar órdenes en
resoluciones judiciales que le han incomodado al Ejecutivo estatal.
El día que rindieron protesta los trece
magistrados, el jueves 13 de noviembre pasado, el pleno nombró secretario
general del STJ a otro priista, a Fernando Mendoza Ruiz, quien también fue
diputado la legislatura pasada y hasta ese día fue secretario del ayuntamiento
de Chihuahua.
Él fue señalado por dilatar las
indemnizaciones de las víctimas de Aeroshow e incluso hay una queja en su
contra, ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
El año pasado, el magistrado José Carlos Flores
Silva ganó un amparo contra la pasada legislatura, porque no lo ratificaron en
su cargo y no fundaron ni motivaron su decisión.
LAS IMPUGNACIONES
Por lo menos tres grupos de abogados
impugnaron las reformas aprobadas por el Congreso del Estado en materia
judicial y el mismo proceso de elección.
El abogado Maclovio Murillo Chávez
asesora a uno de los participantes en el proceso de elección para interponer un
amparo y es promovió otro amparo con otros abogados. Murillo advirtió que el
proceso y las reformas son violatorios de la constitución
federal.
“La reforma posibilitó ser
magistrados a ex diputados, políticos, ex candidatos, ex secretarios de
ayuntamiento, a gente que nada tiene que hacer en la justicia, aun cuando la
calidad del juzgador no se improvisar, debe ser una persona excelsa en el
conocimiento de la ciencia del derecho, debe tener experiencia y conocimientos
específica en la materia que va a juzgar".
En materia penal también es grave, porque se corre el riesgo de que el
gobernador diga que se condene a todos porque esa es su política
"o a este no, porque lo conocemos”, explicó.
Por ahora, los juzgados federales han admitido por lo menos dos amparos
que siguen su curso en los tirbunales correspondientes, uno de estos lo promovió
el Colegio de Abogados de Chihuahua, presidido por Joaquín Sotelo Mesta.
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