martes, 23 de abril de 2013

Ofrece periodista taller para volver a contar historias y recuperar al periodista narrador


Involucrar los sentidos, contar como se haría en la vida diaria, poner atención a los detalles, recuperar las historias periodística y literaria, fueron algunos de los consejos que el periodista Luis Guillermo Hernández, compartió con un numeroso grupo de periodistas de Ciudad Juárez y Chihuahua, en el Taller de periodismo narrativo organizado por la Red de periodistas de Juárez.




De inicio, Hernández dijo que uno de los primeros errores al intentar narrar es “precisamente el intentar narrar como no se habla en la vida cotidiana, y entonces se escucha falso, hay que contar historias como no las escribimos en los periódicos”.

Narrar es tacto, sabor, olor, involucrar todos los sentidos, por eso “vamos  a poder narrar cuando entendamos que narrar es contar historias y no echarle florecitas al discurso, por eso los cinco sentidos del periodista deben estar inmersos en la redacción”.

Para el especialista en Periodismo Literario por la Universidad Autónoma de Barcelona, contar algo es “poner los cinco sentidos de una manera llana como si se le contara a los cuates, no inhibirse, no adornarse, encontrar la voz personal, la que nos aplasta, nos endurece, nos enriquece, y es que los detalles cotidianos que nutren a una historia no vienen del garigolesco, sino del lenguaje que transmite”.


Simplemente “el lenguaje narrativo que debemos utilizar viene de nuestras raíces, en tanto que el diálogo, cómo reproducimos la voz de la gente, no es poner comillas nada más, sino respetar su personalidad auditiva, conservando la particularidad del lenguaje, sus pausas, sus inflexiones. Hay que reproducir los diálogos en función de lo que aportan a la historia”.

Basado en su experiencia personal, el periodista y narrador se dijo convencido de que la gente sí quiere leer las historias, el problema es que el reportero no las sabe contar “el asunto es elegir un personaje para narrar la historia y desde su punto de vista platicarle al lector, presentar sus pensamientos, emociones y sensaciones, de forma tal que el lector se involucre y lo sienta. Para ello, hay preguntas básicas que nunca hacemos y que son necesarias a la hora de narrar, cómo qué se siente el miedo, o cualquier otra cuestión, a qué huele, a qué sabe, cómo se escucha el ruido de un motor; hay que presentar los hechos de forma tal que se sienta en medio de la escena”.



Respecto al taller, Hernández comentó en su página personal “este fin de semana, con la casa llena de colegas convocados por la Red de Periodistas de Juárez, más de 30 entusiastas, entrones, pero sobre todo talentosos y talentosas compas de medios impresos, digitales, radio y televisión de Chihuahua -mi grupo de trabajo más numeroso hasta ahora- pude confirmar mis sospechas al escucharlos leer sus tareas”.

“Para volver a contar historias, después de años atrapados en la nota piramidera y declarativa, los periodistas mexicanos debemos honrar primero nuestra capacidad y talento reporteril que, aunque entumidos, están ahí como nuestra principal fortaleza, nuestro activo más valioso; debemos luego recuperar nuestras historias periodística y literaria, que tienen mucho por decirnos y enseñarnos, y a partir de eso, reorientar nuestros objetivos informativos.



“Entonces, empezar a liberar al periodista narrador que está atrapado en esa prisión del "dijo, señaló, precisó, comentó, argumentó, aseveró, puntualizó..." es una tarea menos titánica. Y es posible. ¿A poco no suena más chingón (o menos oscuro) nuestro futuro laboral desde esa perspectiva?”.

Compartió además siete puntos básicos: 

1.- Definir el tema a trabajar: la inseguridad, la violencia, el narco, las drogas, el transporte, la vivienda, un tema general

2.- El tema nos lleva a la tarea: las drogas en los niños, las drogas en los adultos mayores, las drogas en la cárcel

3.- La idea lleva a la búsqueda: la investigación, el tip, la entrevista, la observación

4- Esa búsqueda nos llevará a la historia: el niño que se droga, el anciano que la vende

5.- Esa historia nos lleva a un momento clave de la investigación, el suceso extraordinario, o la nota: el momento en que apañan al vendedor, en que se rehabilita el drogadicto

6.- El momento nos lleva a la escena, que generalmente inicia el reportaje y es con lo que se quedará el lector

7.- En todo momento no hay que olvidarse de los orígenes como reporteros de nota piramidal, es la base que permite construir un nuevo lenguaje, no olvidarse de eso, pero desprenderse de eso.




Luis Guillermo Hernández es egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana, tiene estudios de Maestría en Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México y desde 1994 su trabajo ha sido difundido en periódicos, revistas, radio, televisión y portales digitales de México y Latinoamérica, en medios como Emeequis, El Universal, Reforma, Grupo Expansión y Televisa, entre otros.

En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo y en 2011 el reconocimiento del Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez, mientras que su trabajo ha sido incluido en las antologías Generación ¡Bang! Los nuevos cronistas del narcotráfico en México y Entre las cenizas. Historias de vida en tiempos de muerte.