domingo, 28 de abril de 2013

Un día por el periodismo

De acuerdo a la vigésima segunda edición del Diccionario de la lengua española, el periodismo es la captación y tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas y variedades.

Dicho en otras palabras, el periodismo es aquella actividad consistente en la recolección, clasificación y procesamiento de información; principalmente aquella que se refiere a los acontecimientos de actualidad para luego difundirla en los diferentes medios de comunicación.

Dada la naturaleza del ejercicio periodístico, éste no puede ni debe ir separado del ejercicio del derecho a la libre expresión, ya que sin él, se pierde una parte medular para el buen funcionamiento del sistema político democrático -como se supone es el de nuestro país-.

Una vez dicho lo anterior, es importante hacer hincapié en que en México, la profesión de quienes se encargan de recolectar, clasificar, procesar y difundir información representa un alto riesgo; esto, de acuerdo a los informes de diversos organismos internacionales como lo es la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que desde años atrás ha dicho que el periodismo en México se ha convertido en una profesión de riesgo extremo.

Por otra parte, a principios de este 2013, Amnistía Internacional hizo un llamado al presidente Enrique Peña Nieto para que su gobierno garantice el adecuado funcionamiento de los mecanismos para la protección de los periodistas y de los defensores de los derechos humanos, surgida de la ley aprobada por unanimidad en abril del 2012.

Si bien es cierto que hace apenas unos días la Cámara de Diputados aprobó la reforma a los códigos Federal de Procedimientos Penales y Penal Federal, así como a las leyes orgánicas del Poder Judicial de la Federación y de la Procuraduría General de la República (PGR) en las que se regula la facultad de atracción del ministerio público federal la investigación delitos del orden común cometidos contra periodistas, una cosa es tener leyes y otras aplicarlas con eficiencia y eficacia.

El caso es, que mientras que son peras o son manzanas, la actual situación de incompetencia por parte de las autoridades mexicanas para poner un alto a las agresiones contra periodistas, esta actividad se sigue realizando -en la medida de lo posible- bajo riesgo; y en casos más graves, bajo amenaza.

Un grave ejemplo de esto, es el caso, de la organización defensora de la libre expresión “Artículo 19” que el pasado 20 de Abril recibió en sus oficinas en México un mensaje anónimo, conteniendo amenazas en contra de su equipo y principalmente contra su director, Darío Ramírez.

Es así como ante las preguntas ¿Qué hacer ante esto? ¿Callar o arriesgarse?, el domingo 28 de abril periodistas y sociedad en general solidaria con el gremio periodístico mexicano, nos manifestamos de manera pacífica, exigiendo la aplicación de los mecanismos que nos protejan, no por “favoritismo”, sino porque la situación en la que vivimos así lo amerita, porque tal y como periodistas y escritores que analizan la violencia y la construcción de la paz en México lo señalan en el libro Nuestra Aparente Rendición: “No se mata la verdad matando periodistas”; pero hay que tener cuidado, porque la indiferencia ante esta problemática, también puede matar; más cuando la mayor parte del gremio que suponemos más informado y crítico, una vez más muestra apatía de participar y hacer que su voz se escuche.

Finalizo en esta ocasión con lo que el abogado y escritor estadounidense Andrew Vachss dijo alguna vez: “el periodismo es lo que mantiene la democracia. Es la fuerza para el cambio social progresivo.”

Aída María Holguín Baeza
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