lunes, 17 de junio de 2013

Enredados... en promesas

*De las promesas al olvido

En campaña se prometen miles de cosas, fantasiosas, increíbles, esperanzadoras. Se repiten sin cesar como una forma de creérselas ellos primero y lograr convencer, se firman documentos ante notario que a final de cuentas no son sino parte del show. Ya después, cuando desde el gobierno no se cumplen ni esas promesas ni lo más mínimo, ya nadie se acuerda del notario.

En 2010, Marco Quezada prometió que el tiempo de respuesta de la Policía Municipal sería de cinco minutos, lo que no se ha logrado en ningún momento de sus tres años de gestión.

Ese mismo año, el gobernador del estado prometió que los resultados a su estrategia de seguridad se verían en un plazo no mayor a un año, porque quería ser recordado como “el mandatario que puso orden en Chihuahua”, pero se le acabó el tiempo y los resultados que exigía Chihuahua y que él prometía “con firmeza se los vamos a dar”, no llegaron, así que este ocho de mayo  volvió a prometer que antes de un año terminará con la violencia.




Ahora, en plena campaña electoral, se vuelve a escuchar a las sirenas cantar, pero los chihuahuenses las oyen con recelo que la cera de la decepción de tantas promesas sin cumplir, ha tapado sus oídos; y por supuesto que no creen todo lo que ahora los candidatos a la Alcaldía prometen que harán.

Caso curioso el del candidato del PRI y sus minipartidos amigos Javier Gafio, que dice que en sólo 100 días, sus primeros cien días realizará 250 obras, que sólo que sean como las del programa “un día una obra” de Marco Quezada, que incluyen la pinta de una barda hoy, un tope mañana, un muro al día siguiente, será complicado que cumpla.

Garfio ha prometido entre otras cosas un “Chihuahua con más seguridad”, como dice su lema; la construcción Parque de las Tres presas, más de dos millones de kilómetros de pavimentación, el doble que lo prometido por el actual alcalde; reconstruir la ciudad para hacerla más hospitalaria, más digna para vivir, incluyendo para ello proyectos amigables, como la plantación de dos mil encinos; todo para lograr un Chihuahua más seguro, un Chihuahua con más participación ciudadana, con un nuevo modelo de desarrollo económico, más moderno. Además, como “buen” constructor, dijo que seguirá “trabajando tal como lo hice al frente de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, y para muestra hay un botón el Vive Bus”, del que simplemente no pudo decir cómo resolverá todo el problema vial que se ha ido señalando sobre todo en los días recientes.

En contraparte, además de prometer  una “inversión de 90 millones de pesos para modernizar la red del alumbrado público”, cuando hace apenas unos días, el Cabildo autorizó una concesión por diez años; “implementar el programa de “Cámara Segura”, instalando 140 cámaras  más para la prevención y detección del delito”, como si sólo  aumentando el número de cámaras fuera posible “prevenir” los delitos;  el panista Miguel Riggs ha sorprendido a propios y extraños con la principal de sus propuestas, comprar cuatro drones para que vigilen la ciudad. 

Desde el mismo anuncio la propuesta causó la burla de sus contrincantes y de la comunidad al menos en las redes sociales. No así los empresarios que incluso dijeron que quizá podría ser posible con los recursos del Subsemun, lo que Riggs no ha dicho es que entre las desventajas de elementos como éstos, está su capacidad de vuelo limitada por el tipo de combustible o fuente de energía y su sistema de navegación; y al ser de alta tecnología la posibilidad de que la inteligencia artificial del dron pudiera determinar por sí misma los objetivos a atacar; o bien que pueda ser hackeada con facilidad; así como el alto costo de su adquisición y mantenimiento, que se dice es de 30 veces superior a un aparato tripulado y que su costo puede ir desde un millón hasta 50 millones de dólares, ya con estación incluida.

Otro más que parece estar jugando a la mini ciudad es el candidato de Movimiento Ciudadano Emilio Flores, que por ahora ha llamado la atención con sus propuestas para mejorar la imagen urbana de Chihuahua, como “un planetario al que acudan todas las escuelas de Chihuahua”, un zoológico en un área abierta aprovechando la orografía del terreno para que los animales no estén enjaulados”; un jardín botánico que albergue todas las especies de flora de Chihuahua”; un “Museo de la Ciudad donde se acopie y preserve toda la memoria histórica de la capital”, “un mirador escénico en la cima del cerro grande y un teleférico de acceso desde el boulevard Fuentes Mares”; y un “parque acuático que contenga todas las actividades acuáticas para niños, jóvenes y adultos y concientice la necesidad del cuidado y uso del agua”. Tampoco Flores dijo con qué haría todo esto y en cuánto se elevarían los impuestos ya existentes o cuántos nuevos se crearían, como suelen hacerlo los gobiernos.

Flores también dijo que busca “propiciar familia unida en valores. Promover la honradez, la legalidad, puntualidad y sinceridad”, que se antojan más como deseos de año nuevo que acciones concretas de un gobierno, que tendría a su cargo miles de personas con sus creencias y modo de vivir particulares.
Finalmente, el candidato del PT, el ex panista Manuel Narvaez, prometió un gobierno de la mano de la gente bajo los lemas de “es tiempo de la gente” y “ya estuvo, cambiemos para bien”; con los que quiere afianzar la idea de que él sería buena opción para gobernar Chihuahua. 

Sin embargo, entre sus propuestas que poco a poco ha compartido, está el aprovechar las Comandancias Sumar de Marco Quezada, para implementar el programa de “Policía de Barrio’; además de prometer para los policías un seguro de vida no menor al millón de pesos y la cobertura total hasta el nivel superior de los estudios de los hijos de los policías, pero no señala una estrategia real y viable para bajar la delincuencia, o al menos, la mortandad en los cuerpos policiacos, luego de que en la actual administración se han registrado casi 30 homicidios de policías, casi la mitad de lo que se tiene registro en toda la historia de la Dirección de Seguridad Pública Municipal.

Para no quedarse fuera con el útil argumento de regenerar la ciudad,  Narvaez  también prometió su propio paso a desnivel, y como el Centro Histórico ya está ocupado,  él eligió el cruce de las avenidas Américas y Universidad, para dejar su obra cumbre.

Promesas van y vienen sobre todo cuando el chihuahuense es de memoria corta, cuando generalmente oye las promesas mientras espera un vaso de refresco, una cachucha o unos tacos al pastor, pero si el hambre es canija, la apatía es aún peor. Nada importa que se prometan cosas que jamás se cumplirán si luego ya nadie se acuerda, si vendrán otros y prometerán casi lo mismo, si de todos modos las urnas se llenan de votos, que casi nunca son voto de confianza, sino mero trámite electoral.

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