domingo, 15 de septiembre de 2013

Ante falta de apoyo oficial, poeta decadentista presenta libro en una carnicería

La poesía de protesta y decadentista de Israel Gayosso brotó entre los toletes y rostros duros de los agentes policiacos que tenían la orden de desalojar a los manifestantes de las plazas del Palacio de Gobierno, el pasado 23 de agosto.
Un grupo de ciudadanos se manifestó contra la construcción de una réplica del mausoleo de Francisco Villa por considerarlo un gasto ocioso del gobierno del estado, mientras un grupo de camioneros hacía lo propio en el mismo lugar en reclamo de liquidaciones justas por el cambio de empresa en el sistema de transporte.
Luego de los actos violentos en los que los policías sometieron a cuatro choferes de autobuses a golpes y de un enfrentamiento a pedradas entre ciudadanos y agentes de vialidad, Gayosso gritó: “¿A qué sabes, mi México?, a sueños y zozobras, a nativos tiempos y campos de miseria, sabes a ruina y a injusticia”.

Al principio fue ignorado. Siguió el silencio con el segundo poema: “sombras entre las sombras, y un recreo de tiznado odio, pintan a mi ciudad con pinceles de marchitada indiferencia. ¡Enciendan la luz!, ¡Ay, desnutrida luz!”.
Uno de los institutos de cultura en el estado le negó el apoyo para publicar un libro de poesía porque es decadentista y no encontraría quién la publicara, “eres un poeta maldito”, cuenta que le dijeron.
Ante todo pronóstico, el viernes pasado el poeta presentó su Compendio de poesía negada en una carnicería tradicional del centro de esta capital, ubicada en uno de los mercados más antiguos de la ciudad que se niega a morir.
Sobre el refrigerador de carnes frías se colocaron las dos presentadoras, Martha Cecilia Soto Núñez y Mariela Castro Flores junto con Israel Gayosso.
El poeta explicó que eligió una carnicería para presentar sus poesías porque es un espectáculo urbano que los dogmas no permiten darle su verdadero valor a las sociedades marginadas y el mismo sistema o capitalismo impone etiquetas, prejuicios “que el tercer ojo nos ha hecho ignorarnos como sociedad, como a las prostitutas, a los homosexuales, a los indígenas”.
Explicó que en sociedades que marginan, como la chihuahuense que está llena de prejuicios, presentar una obra literaria en una carnicería –luego de que la rechazaron en el área de cultura institucional–, significa darle el valor a lo olvidado, como las carnicerías que son lugares que se niegan a morir frente a los supermercados.
“Mis musas son la injusticia, las mujeres de Ciudad Juárez, la desigualdad de género, el rarámuri, eso me lleva a escribir y se convierten en musas. La poesía no es sólo presentar un espectáculo, el poeta tiene compromiso con la sociedad de hablar de lo que sucede en la comunidad y no sólo en su corazoncito”, explicó.
El Compendio de poesía negada es un ensamble entre la sociedad y la poesía, que no deben estar aisladas una de otra, por lo que Gayosso considera necesario llevar la poesía a todas las áreas, incluso a la clase obrera.
“Poesía negada se ha enfrentado a bastantes retos. Fui a pedir apoyo en un instituto y me lo negaron, me dijeron: ‘eres un poeta maldito y no vas a tener apoyo’. Y aquí estoy, en una carnicería”.
A los encargados del instituto de cultura les escribió la poesía A los lagartos muertos:
Soy el invertebrado musculoso
Entre las aguas sedientas del manicomio;
Entro a la jauría de rameras
Cabalgando en mi horrendo corcel en flamas
¡Pobres inquilinos de femeninas vidas!
La mujer en faldas en capucha ¡Ella lucha!
Mientras en el hormiguero, sus lacios dedos
Se orinan ante el golfo de los valientes
¡Oh, pimpollos, hijos de la vacía matriz!
Sus castas e inocentes bolsas agujeradas
No hacen que me prostituya por su lengua;
¡Ay, de ustedes, hambrientos y moralistas!
Yo no soy quien deba de parar esta danza!
Pues con mi lanza, sobre los molinos venceré
Y por las tierras y por los aires y por la cantera
Mis pies sangrados visitarán a sus verdugos
¡Adiós, amados días, ya todo está sanado!
¡Adiós, lagartos muertos de pantano amargo!
Soy el poeta de la rosa que no sabe callar.
Martha Cecilia Soto Núñez dijo que la poesía es una protesta y Gayosso es un representante moderno del decadentismo.
Mariela Castro destacó a su vez que la carnicería es un espacio alternativo que rompe con el protocolo de las instituciones, que impulsa a hablar más libre, sin concesiones, ni para cumplir compromisos.
Explicó que los poemas de Israel son un trago amargo, una bofetada necesaria, un reparador de la conciencia.
Puso como ejemplo la ratificación de la sentencia de 60 años de prisión al maestro indígena Alberto Patishtán, acusado de matar a siete policías estatales de Chiapas y de herir a otros dos, lo que ha sido evidenciado como una injusticia.
Comentó también sobre el desalojo de los maestros inconformes con la reforma educativa por parte del gobierno federal.
Castro indicó que paradójicamente, este 16 de septiembre se festejará la Independencia y la libertad de los mexicanos para lo que el gobierno quitó a los maestros del Zócalo de la Ciudad de México y ese mismo día la justicia evidenció que es selectiva, con la confirmación de la sentencia de 60 años a Patishtán.
“Sin pretender hacer análisis político, hacer poesía decadente refleja la realidad, cómo vivimos y percibimos nuestras creencias y la falta de solidaridad”, agregó Castro.
El libro fue editado en hojas revolución por la editorial Chipotle Colectivo.
Fuente: proceso.com.mx

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