"No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil. Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario", Fidel Castro Ruíz al entrar triunfante a La Habana el 8 de enero de 1959.
Muchos priístas que experimentan por vez primera el poder presidencial, me comentaban lo "rápido" que se les fueron entre las manos los primeros nueve meses del mandato del presidente Enrique Peña Nieto.
Así llegó la hora del primer informe. Uno bastante sui generis, por cierto, ya que se llevó a cabo en dos partes: el secretario de Gobernación acudió a la Cámara de Diputados a entregarlo y, al día siguiente, el presidente Peña Nieto estaba dando su mensaje en Los Pinos, sin ningún temor a un ataque por parte de los indecentes pseudomaestros de la CNTE.
A pesar de que Guillermo Luján, Miguel LaTorre, Héctor Ortiz y otros panistas ya habrán publicado el nuevo capítulo del Apocalipsis político de México y, obvio, la culpa de todos los males es de Peña Nieto, cabe destacar con toda la objetividad de quien escribe estas líneas, que fue un informe muy prudente.
Con las amenazas en las calles de los holgazanes de la CNTE (arengados a control remoto por Andrés Manuel López Obrador) y la eterna y aburrida acusación de que Carlos Salinas ha reencarnado en Peña Nieto, el mandatario fue cauteloso pero muy claro en su mensaje de frente a todo el pueblo de México.
"Al comenzar esta Administración había dos opciones: mantener la inercia o emprender cambios de fondo", Peña Nieto con esta frase buscó hacer un contraste claro con su antecesor: un político forjado en la oposición, criticando las inercias de gobiernos priistas y quien, al final de cuentas, no sólo siguió la misma inercia, la alimentó más. Además le pega, también, al mandato foxista, mismo que prometió mucho y cumplió muy poco. De refilón también a sus antecesores priistas, dejando en claro que él no quiere ser como ellos: que quisieron y no pudieron. Él busca lograrlo.
El primer priista que ocupa Los Pinos en siglo XXI dedicó sus primeros meses de gobierno a hacer política para reconstruir un país dividido por pejefans y panistas, desde el 2006. Una tarea por demás difícil, que ha logrado materializar parcialmente desde el segundo día de su mandato: el Pacto por México, que irónicamente, para algunos opositores, es señal de debilidad de los partidos de oposición.
En su mensaje, Peña Nieto destacó a Chihuahua, lo que ha causado la ira de algunos adversarios políticos del actual gobierno: "De estos, los vinculados a delitos federales se redujeron en 20 por ciento. La disminución de homicidios dolosos es particularmente notoria en las entidades federativas donde se ha requerido focalizar los esfuerzos del Estado. Por ejemplo, en Tamaulipas, bajó 36.2 por ciento; en Chihuahua, 37.2 por ciento; y en Nuevo León, 46.5 por ciento".
Ya leo y escucho comentarios en contra de los mismos de siempre, quienes le apuestan al caos para debilitar al Gobierno de César Duarte por pura conveniencia electoral. En esos arrebatos, nos llevan de corbata a todos.
Qué bueno que el presidente reconoce el esfuerzo de Duarte y de todos los chihuahuenses que apostamos por la paz. Un logro del gobernador, lo es de todos nosotros, también.
Sin embargo, Peña Nieto dijo muy enfático: "Tenemos 120 días para que 2013 sea recordado como un año de grandes transformaciones. Un año en que México se atrevió a despegar".
Es decir, lo más difícil apenas comienza.
El primero de enero estaremos retomando este tema.
ULTIMALETRA
Una felicitación al Dr. Javier Contreras por la presentación de su nuevo libro. Enhorabuena y gracias por contribuir al desarrollo intelectual de la sociedad chihuahuense.
Correo: fruslero@yahoo.com
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