Por: Aída María Holguín Baeza.
A reserva de que los legisladores hagan otra Reforma “exprés” a la Constitución en lo que resta de este 2013, la Reforma Energética recién aprobada en ambas Cámaras del Congreso de la Unión, es uno de los hechos legislativos que más repercutirá en el futuro de nuestro país.
Para ser sincera, pensaba escribir sobre aquellos legisladores que le dieron la espalda a México, pero definitivamente no voy a malgastar mis pensamientos, mis letras -ni el espacio que tan amablemente me brindan los medios de comunicación para publicar estas líneas- en hablar de ellos porque no lo valen. Sean colorados, verdes o de azúcar; simple y sencillamente no lo merecen.
De lo que sí vale la pena hablar, es de aquellos legisladores que -a pesar de navegar contra corriente- fueron congruentes con la frase que en ambas Cámaras está escrita con gigantescas letras de oro y que dice: “LA PATRIA ES PRIMERO”.
Esta frase, se encuentra en los “Muros de honor” de acuerdo -y en cumplimiento- al Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 17 de septiembre de 1971, en relación a la celebración del 150 Aniversario de la Consumación de la Independencia -y para inscribir con letra de oro- en los recintos de las Cámaras de Diputados y Senadores, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Palacio Nacional, la frase del General Vicente Guerrero: "La Patria es Primero”.
Según consta en la Iniciativa de Decreto enviada por el entonces Presidente Luis Echeverría, “[…]En momentos cruciales para la causa de la insurgencia, cuando todo parecía sucumbir y el poder realista ganaba algunas batallas que se creían decisivas, Vicente Guerrero recibe, por conducto de su padre, la propuesta del gobierno de la Colonia ofreciéndole el indulto si cejaba en su lucha por la libertad. Guerrero se negó al ofrecimiento indigno. En un acto de heroicidad ejemplar desechó las ventajas que podría ocasionarle el perdón que se le brindaba, y en respuesta pronunció su frase imperecedera "La Patria es Primero", que resume la grandeza de su carácter.”
De ahí -y luego de la aprobación de la Reforma Energética- que podemos decir que sólo 134 (de 500) Diputados y 28 (de 128) Senadores fueron capaces de al menos leer lo que en letras de oro está escrito frente de sus curules.
Es así, como 162 (de 628) legisladores fueron los únicos dispuestos a renunciar a los ofrecimientos indignos que de alguna u otra forma venían acompañando a la Reforma Constitucional en materia de energía -en los términos en los que fue aprobada-, y sobre todo porque fue a “las carreras” y en tiempo record. Y es que muchos no nos explicamos por qué tanta prisa en aprobar que el único bien de la nación que estaba en manos del estado fuera entregado a la inversión privada -que seguramente será del extranjero-.
Considerando lo anterior, es imposible -aunque duela- no darle la razón a quienes dicen que todos los partidos políticos son iguales; sin embargo, también es justo –y necesario- decir que no todos los políticos son iguales, y que en este caso en particular, hay 162 legisladores para los que “La Patria sí fue primero”.
El caso es, que en momentos cruciales, cuando todo parecía sucumbir y el poder del presidente Enrique Peña Nieto ganaba algunas batallas, 162 legisladores se negaron a los ofrecimientos indignos. En un acto de congruencia, desecharon las ventajas que podría traerles el favor hecho a Peña Nieto, y en respuesta honraron la frase imperecedera de Vicente Guerrero, que resume la “grandeza” de su labor legislativa -en el caso específico de la Reforma Energética-.
Con el fin de que no haya malos entendidos -y estos 162 legisladores se trepen en un pedestal, y piensen que ya son dignos de que sus nombres sean plasmados en letras de oro en los “Muros de Honor” de sus respectivas Cámaras-, es necesario aclarar -por tercera ocasión- que no son “grandes” tan solo por haber votado en contra de la Reforma en cuestión; para poder decir que son grandes legisladores; hay que evaluar su desempeño, analizar a detalle su comportamiento como representantes del pueblo, e informarnos de qué manera han votado y votarán durante su encargo legislativo. (Ese proceso de evaluación, nos corresponde a los ciudadanos de a pie.)
En esta ocasión concluyo con lo dicho por el pensador, diplomático y político cubano, José Martí: “La patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal. Se la sirve, pero no se la toma para servirse de ella”.
Correo: laecita@gmail.com
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