Imelda creció en una colonia popular de Ciudad Juárez. Las
condiciones en las que crecían y se
desarrollaban los niños y jóvenes de su comunidad, la llevaron a participar en
la organización ciudadana en la colonia y su escuela.
Pronto, se sumó a su lucha, la de los homicidios contra mujeres de su misma edad,
cuyos cuerpos comenzaron a aparecer en diferentes colonias periféricas.
Durante 20 años, ha acompañado a madres de mujeres asesinadas
y/o desaparecidas en Ciudad Juárez, es cofundadora de la Red Mesa de Mujeres de
Ciudad Juárez, y el año entrante recibirá por su trayectoria, el Premio de
Mujeres Ana Klein en su tercera edición, que otorga la fundación Henrich Böll,
por la libertad y defensa de las mujeres activistas defensoras.
Imelda Marrufo fue propuesta por una de las oficinas de la
fundación como candidata y el jurado la eligió a ella.
“Yo he vivido y viví muchos años en colonias populares, en un
contexto de situación de rezago, falta de escuela, servicios públicos. No había
espacios para educar, ni para bibliotecas, pero sí mucha inseguridad y alto consumo de droga”,
contextualiza.
La preocupación de Imelda Marrufo y compañeras de escuela,
era la salud de la población, porque las enfermedades derivadas de la época de
calor, por ejemplo, golpeaba fuerte a la comunidad y se involucró en campañas
de prevención.
“Después trabajé con un grupo de jóvenes como activista en la
sociedad, siempre con conciencia más crítica. Estudié en la preparatoria Altavista,
ahí me formé con una postura crítica, participativa, para el apoyo de la
comunidad”, recuerda Imelda.
Durante varios años, trabajó en colonias populares de Juárez,
en la prevención de enfermedades, principalmente, al tiempo que atendía una
biblioteca enclavada en un cerro de la periferia de esa frontera. Ahí hacían
campañas de recolección de libros.
En su adolescencia, junto a los problemas de falta de
prevención de adicciones y otras enfermedades, la situación de violencia contra
la mujer llegó a sus etapas más críticas y comenzó a ver cómo mujeres de su
misma edad, eran asesinadas y sus cuerpos abandonados en colonias periféricas.
Imelda Marrufo estudió la carrera de Derecho en la
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y ahí conformó un grupo de estudiantes al
servicio de la comunidad.
“De joven me tocó ver violencia en medios, cómo las
asesinaba, tenían mi misma edad, nos agrupamos con compañeras para tomar
medidas de precaución, como tomar los camiones juntas para nunca ir solas y
protegernos entre nosotras”, recuerda.
Luego se vinculó con grupos de mujeres para desarrollar programas
de prevención y violencia, principalmente dirigidos a mujeres jóvenes: “me
centré en ese tema y en ese sector”.
Juárez se transformó en poco tiempo, relata. “Había participación
importante de jóvenes y mujeres, pero también había colonias deterioradas por
la violencia de chavos de aquel tiempo, que ejercían contra las mujeres colocándolas
como objetos sexuales. Yo miraba eso y poco a poco comencé a participar en
grupos, me vinculé con grupos a nivel nacional”.
En 1999 participó en cinco redes juveniles nacionales para
trabajar en temas de prevención, fue
consejera del Instituto Mexicano de la Juventud en el año 2000, sus principales
maestras fueron las activistas Irma Campos, Esther Chávez Cano, entre otras.
Imelda era la más joven del grupo.
“Te puedo decir que si bien es cierto que nosotros mismas
hemos denunciado la continuidad en la entidad, lo hemos hecho a pesar de esta
violencia generalizada, y donde parecía que ya no pasaba nada en este tema de
guerra contra las drogas y se trataba de invisibilizar”, comenta con orgullo
del grupo de mujeres juarenses y chihuahuenses que han hecho frente al
femnicidio.
Imelda Marrufo le apuesta a la organización social, a
construir una sociedad crítica para abatir los rezagos y el dolor de su
sociedad, pero siempre desde la propuesta.
“Continúa la situación de femnicidios porque es una situación
estructural y de de impunidad, pero se han fortalecido los grupos de mujeres
chavas y de mujeres que son maestras. Se han generado esos espacios, cuando hay
que estar en las calles estamos y cuando hay que sentarse con las autoridades,
estamos”, explica.
Ella trabaja ahora en la Red Mesa de Mujeres de Juárez, que
se ha especializado en la documentación de casos de homicidios y desapariciones
de mujeres la documentación de casos de feminicidio.
“No nos pueden refutar la información porque la estamos
monitoreando día a día a día, seguimos criterios de la doctora Julia Monárrez,
del Colegio de la Frontera Norte, que construyó una tipología de feminicidios
en fase de motivos y móviles”.
Explica que es complicado clasificar los homicidios contra
mujeres a partir de la guerra contra el narcográfico, por lo que trabajan para
lograrlo, a través de la información estadística con la que cuentan, con casos
en los que coadyuvan, para establecer un diagnóstico sobre lo que sucede en el
estado de Chihuahua respecto de las mujeres.
Imelda Marrufo recibirá el premio el próximo 7 de marzo en
Berlín, Alemania, por su trayectoria en la defensa de los derechos de las
mujeres.
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