El terror regresó a Guadalupe y Calvo, al sur de la Sierra Tarahumara. El domingo registraron ocho homicidios y ayer uno más, comenzaron a secuestrar gente de nuevo y la situación obligó a los habitantes a resguardarse en sus hogares.
“Estamos con un miedo, hay mucha impotencia. Ayer (el domingo) supimos que ejecutaron a ocho. De la cabecera fueron tres, otros de Terreros, Baborigame y El Nopal; los rumores son que no salga nadie a la calle; los camiones de pasajeros son revisados constantemente con la lista de personas que viajan; también regresaron los secuestros”, informaron algunos pobladores.
La versión
oficial es diferente. Los partes policiacos de la Fiscalía Zona Sur, señalan en
varios de los casos, que los homicidios se debieron a riñas personales o
callejeras.
En La
Tableta, de la región de Baborigame en Guadalupe y Calvo, un menor de 15 años
fue asesinado de un balazo en el rostro, el sábado pasado.
El cuerpo
del adolescente fue entregado a sus familiares, quienes ya habían puesto un
reporte de desaparición. La autoridad asegura que fue por una rencilla.
Otras tres
personas fueron ejecutadas antier en la Mesa del Arroyito, de la sección de
Baborigame también. Las víctimas son Andrés García Ayala de 64 años, Josefina
Torres Castillo de 34 y Miguel Loera Carrillo de 28.
Según la
fiscalía, la causa fueron viejas rencillas y utilizaron armas de fuego para
vengarse.
El domingo
en la tarde, asesinaron a Valentín González López de 61 años, Daniel Molina
Vargas de 24 y Anastasio González Ramos de 68, en Las Gallinas, del mismo
municipio.
Los cuerpos
fueron encontrados a un lado de la carretera Parral-Guadalupe y Calvo, a la
altura del kilómetro 8.
Anastasio y
Daniel tenían un impacto de bala cada uno, mientras que Valentín González fue
desmembrado de cabeza y extremidades inferiores. En el lugar del crimen
encontraron una alcancía con monedas antiguas.
De acuerdo
con los vecinos de Guadalupe y Calvo, otros dos hombres fueron asesinados el domingo en otra comunidad llamada El Nopal.
La violencia obligó a habitantes de la comunidad
de Ojo Frío, a huir de sus hogares, luego de que un grupo armado
tomó el poblado, quemó viviendas y un aserradero.
La situación fue atendida por
agentes de la Policía Ministerial de la Fiscalía Zona Sur, quienes
corroboraron que el aserradero fue incendiado y privaron de la libertad al
dueño.
Los trabajadores alcanzaron a huir, y
según los habitantes de la zona, hay más personas desaparecidas.