viernes, 12 de abril de 2013

Aumentan los secuestros en Chihuahua


Víctimas desaparecidas: Una mujer Tarahumara se suma a una manifestación realizada por familiares de personas desaparecidas. La manifestación tuvo lugar frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua el 5 de febrero.

En junio de 2012, uno de los hombres de la familia Muñoz en el estado de Chihuahua empezó a discutir con hombres que vestían uniformes de la policía del municipio de Anáhuac, dijeron los familiares. Lo que al principio parecía una discusión sin importancia, terminó con consecuencias graves. Un grupo de hombres que llevaban puestos los mismos uniformes policiales llegaron a la casa familiar y secuestraron a 8 hombres, indicaron los familiares.




Cuauhtémoc es el municipio con el índice más elevado de desapariciones en el estado de Chihuahua, señalaron las autoridades de seguridad del estado. La mayoría de los casos no se dan a conocer debido a amenazas contra los familiares de las víctimas.

A principios de febrero de 2013, un grupo de familias cuyos parientes han desaparecido en Chihuahua caminó 100 kilómetros durante tres días, exigiendo justicia. La familia Muñoz estaba entre los manifestantes.

En el caso Muñoz, hombres con uniformes de la policía llegaron a la residencia de Toribio Jaime Muñoz González y su esposa, Emma Veleta. La pareja lleva casi 40 años de casada. A punta de pistola, los hombres uniformados levantaron a Toribio, de 61 años, el patriarca de la familia, y a cuatro de sus hijos: Oscar, de 38 años; Guadalupe, de 37; Jaime, de 33; y Hugo, de 31.

Los hombres armados también secuestraron al sobrino de Emma, Luis Romo Muñoz, de 21 años, y a Nemesio Solís González, cuñado de Emma. Los hombres también se llevaron al nieto de Emma Veleta. No se ha vuelto a saber de ninguno de los ocho hombres.

No se sabe si los hombres uniformados eran en realidad oficiales de policía. Los grupos del crimen organizado en algunas ocasiones utilizan uniformes policiales y militares para hacerse pasar por oficiales de la policía y militares.

Cerca de 20 mil personas han desaparecido

El caso Muñoz no es un incidente aislado. Desde 2006, cuando el presidente Felipe Calderón ordenó a los militares a enfrentarse a los grupos del crimen organizado, cerca de 20 mil personas han sido secuestradas o han desaparecido sin una explicación, según un informe por Propuesta Cívica. El grupo se basó en información obtenida de la Procuraduría General de la República (PGR).

Los secuestros han ocurrido por todo el país, pero el problema es especialmente agudo en los estados del norte. Por ejemplo, en el estado de Chihuahua, un total de 146 hombres y 22 mujeres fueron secuestrados en 2011 y el 2012, comentó el Fiscal General Carlos Manuel Salas.

La situación se volvió tan peligrosa que las autoridades de Estados Unidos emitieron una advertencia en febrero 21 aconsejando a los ciudadanos estadounidenses posponer viajes innecesarios a Tamaulipas. El Consulado de Estados Unidos prohibió a los empleados gubernamentales viajar en las carreteras de Tamaulipas en las afueras de Matamoros y Reynosa.

En febrero de 2012, el gobierno de Estados Unidos emitió una alerta similar advirtiendo a los ciudadanos estadounidenses no viajar a 14 estados, incluyendo a Chihuahua, Sonora, y Michoacán.

Las víctimas no tienen relación con el crimen organizado

Algunas víctimas de secuestro son miembros de Los Zetas, La Familia Michoacana, o de otras organizaciones criminales transnacionales. Estas víctimas generalmente son secuestradas por cárteles de droga rivales. Pero muchas víctimas no tienen relación alguna con el crimen organizado, dijeron defensores de los desaparecidos. Por ejemplo, ninguno de los miembros de la familia Muñoz que fueron secuestrados tenía lazos con el crimen organizado, dijeron familiares de las víctimas. Dos hermanos, Oscar y Guadalupe Muñoz, trabajaban en una compañía de concreto. Otro hermano, Jaime Muñoz, trabajaba en una fábrica, dijeron familiares.

Los grupos del crimen organizado cometen secuestros como parte de un esquema de extorsión, para vengarse contra enemigos o personas que los han hecho enojar, y para reclutar operarios.

Por lo menos cuatro personas que eran jefes de familia desaparecieron en el estado de Chihuahua en 2012, dijo Tomas Ruiz, representante del Consejo Supremo Tarahumara.

Una de esas desapariciones ocurrió en el municipio de Bocoyna, donde en noviembre de 2012 una adolescente Tarahumara y su hija desaparecieron, declaró Ruiz. Los pueblos indígenas como los Tarahumara con frecuencia no buscan dar a conocer sus casos.

Los grupos del crimen organizado participan en secuestros

Algunas de las desapariciones ocurrieron en municipios cercanos a los estados de Sinaloa y Sonora, regiones dominadas por el Cártel de Sinaloa, según mandos militares y residentes locales.

En la región que incluye a Ciudad Juárez, el Cártel de Sinaloa combate al Cártel de Juárez por el control de rutas de narcotráfico y otras operaciones delictivas. La Línea, el brazo armado del Cártel de Juárez, opera en Ciudad Juárez y zonas aledañas. Los Zetas también operan en el área de Ciudad Juárez, indicaron las autoridades militares. Los Zetas han formado una alianza con La Línea. Cada uno de estos grupos criminales participa en secuestros, dijeron oficiales militares.


Padre afligido: Fernando Romo asiste a un servicio de oraciones por los desaparecidos. Su hijo, Luis Romo, fue uno de los ocho miembros de la familia Muñoz que fueron secuestrados en junio de 2012. [Foto: Angélica Martínez]

Cuerpos encontrados en fosas comunes

Es posible que hayan sido encontradas algunas de las víctimas de secuestro en una serie de fosas comunes halladas en Chihuahua en octubre y noviembre de 2012. En octubre, se encontraron restos calcinados en el Rancho Dolores en el municipio de Cuauhtémoc, expresaron autoridades de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua. Debido a la condición de los cuerpos, no fue posible saber cuántos cuerpos se encontraron, explicaron los fiscales.

En noviembre de 2012, las fuerzas de seguridad mexicanas encontraron dos fosas comunes más. Hallaron 11 cuerpos enterrados en un área rural aproximadamente 25 millas al sureste de Ciudad Juárez, indicaron oficiales de seguridad del estado. Se encontraron otros ocho cuerpos en una carretera cerca del pueblo de Rosales. Todas las víctimas eran hombres.

La Fiscalía General del Estado está intentando identificar a las víctimas. Se enviarán muestras de los restos calcinados encontrados en el Rancho Dolores a un laboratorio de Virginia para realizarles pruebas de ADN, dijeron autoridades de la Fiscalía General del Estado.

Una hebilla de cinturón proporciona un triste indicio

En noviembre de 2012, miembros de la familia Muñoz fueron llamados por la Fiscalía General del Estado. Se les pidió a los familiares que identificaran piezas de metal recuperadas de la fosa común del Rancho Dolores.

Oficiales de la Fiscalía General del Estado les dieron a los miembros de la familia Muñoz piezas de metal  recuperadas de la fosa común. Emma, la esposa de Toribio, identificó las piezas de metal, dijo Gabino Gómez Escárcega, quien investiga las desapariciones para el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, que trabaja con la Fiscalía General del Estado.

“Solamente doña Emma reconoció una hebilla de cinturón, que aparentemente pertenece a su esposo Toribio”, comentó Gabino Gómez. “La reconoció porque (tiene forma de) dos caballos como una característica muy particular”.