El alcalde de Uruachi, ubicado en la
Sierra Tarahumara, Aldo Alejandro Campos Rascón, murió el miercoles en la noche en el hospital
Cima de la capital, luego de luchar contra una enfermedad que tenía desde hace tiempo.
Hace casi dos años, Aldo Campos lanzó
un grito de auxilio, cuando él mismo, sus siete agentes de policía y todos los
habitantes de la cabecera municipal, fueron víctimas de un enfrentamiento de
grupos delictivos, en septiembre del 2011.
Luego de unos meses de aquel suceso,
el alcalde comenzó a presentar complicaciones cardiacas. Personas cercanas a
él, indican que su salud se
mermó e influyó dicho problema.
Y es que en Jicamórachi y otros
poblados, ya se habían registrado enfrentamientos, grupos delictivos habían
quemado casas y los pobladores huían al monte. Apenas en mayo pasado, huyeron
de nuevo cuando ingresó un comando armado para disparar y quemar casas de
Antonio Erives Arduño, líder del cártel de Sinaloa abatido en noviembre del año
pasado.
Su petición era presencia prolongada
de militares y policía investigadora, ya que el terreno de la sierra es
complicado, los delincuentes se esconden con facilidad y la comparó con
Vietnam.
Campos Rascón narró aquella ocasión,
que durante dos días, llegaron alrededor de 70 hombres armados, varios
adolescentes y enfrentaron a otro grupo delictivo. Los policías trataron de
repeler, así como diez civiles de la comunidad, pero fueron rebasados.
El alcalde permaneció en su
casa porque nadie podía salir. Se mantuvo con su familia. Tenía en 2011, una
niña de tres años que tuvo que agachar y esconder en el baño para proteger su
vida de las balas que pasaban sin dirección.
Habitantes del lugar relataron que
los adolescentes brincaban por los patios de la casas, apenas podían las armas
largas que portaban. Vieron cuerpos caer, que fueron arrastrados y rescatados
por su mismo cuerpo. Nunca se conoció el número de víctimas.
Aldo Campos informó que la población
estaba en estado de shock, las casas están baleadas, los vidrios de las
viviendas y de los automóviles quebrados. Durante tres días suspendieron
clases.
Las palabras del alcalde, quien era
de extracción panista fueron en aquella ocasión: “La policía estaba con temor, pero en
lo personal estamos decididos. Vale más vivir así, con las agallas de parar a
esta gente, a estar sometidos, en la incertidumbre. Lo más feo es ver a los
hijos preguntar qué está pasando y decirles: ‘métete al baño, m'ija, métete a
la cama’. Somos gente buena, pero no abusen”.
“Si no se pone atención a esta
situación, la sierra se va a convertir en un polvorín. Se está dando el caso de
que la población se está armando o quiere participar en una forma u otra en
estos grupos; los que más son se van son los jóvenes. Es poco de todo, la gente
se cansa de vivir así, en el miedo, tratan de tomar partido para un lado u
otro. Estamos complicados, y si no tenemos cuidado se nos va a volver un
polvorín en un corto plazo. La gente está inquieta, hay desconfianza”.
Aldo Campos dejaría su cargo el
próximo octubre, por lo que será llamada a cubrir su puesto, su suplente,
Reyna Ramona Parra Ramírez
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