Fernando Luna Hernández de 24 años de edad,
quien contaba con reporte de desaparición fue encontrado muerto en un camino de
terracería que comunica a Creel con Huetosacachi en el municipio de Bocoyna.
Una adulta mayor fue atracada en su tienda de abarrotes por segunda ocasión en
menos de un año y a 4 meses de haber secuestrado al último hombre de su
familia. Estos no son hechos aislados, es la realidad que día a día enfrentan
los habitantes de la comunidad de Creel ante la indolencia de las autoridades
quienes solo se han limitado a conformar una mesa de seguridad pero no han
entablado comunicación con los pobladores.
Los habitantes de esta comunidad exigen que el Gobernador
César Duarte visite Creel, los atienda personalmente y escuche la realidad que viven que
palpe su temor y que no minimice la situación de inseguridad que existe.
El temor invade a los habitantes, quienes prefieren
mantenerse en silencio a ser presas de represalias. La desconfianza se hace
presente y la autoridad no reacciona, incluso les ha advertido a los
comerciantes que cierren antes de las 21:00 horas, porque más tarde ellos no se
hacen responsables.
Los habitantes y vecinos de esta población enclavada en el municipio de Bocoyna están hartos de las promesas de los gobernantes, quieren hechos y acciones, no palabrerías o vistas exprés donde no se les atiende ni se escuchan sus problemas. No quieren que los hechos se minimicen sino que sean atendidos de raíz.
Los habitantes y vecinos de esta población enclavada en el municipio de Bocoyna están hartos de las promesas de los gobernantes, quieren hechos y acciones, no palabrerías o vistas exprés donde no se les atiende ni se escuchan sus problemas. No quieren que los hechos se minimicen sino que sean atendidos de raíz.
LA
VIOLENCIA ES UN FLAGELO
La más
reciente víctima de la inseguridad que se vive en la zona serrana fue
localizada en un camino de terracería. El joven de 24 años de edad contaba con
reporte de desaparición desde el pasado miércoles 31 de julio de 2013.
El cuerpo fue hallado a las 14:30 horas del 05 de agosto del
2013, en un camino de terracería, a 500 metros aproximadamente del entronque
que comunica a Creel con Huetosacachi, municipio de Bocoyna.
De acuerdo a la información vertida por la autoridad la causa
de la muerte fue por un traumatismo cráneo encefálico producido por proyectil
de arma de fuego. En el lugar localizaron 5 cartuchos percutidos calibre 9 milímetros.
Los habitantes guardan silencio, no le tienen confianza ni a
las autoridades, ya que hay patrullaje en la zona, se pueden ver volantas de
hombres vestidos de militares y personas con vestimenta de policía, ambos
fuertemente armados, eso no da confianza, nadie sabe cuándo en realidad son
fuerzas dispuestas ayudar a la ciudadanía pero no saben si son buenos o malos.
Los asaltos están a la orden del día, hace unos días
asaltaron por segunda vez y en menos de un año a una adulta mayor, dependienta
de una tienda que se ubica a escasos metros de la presidencia seccional. A esta
mujer hace 4 meses le secuestraron al último hombre de su familia.
La denuncia es impensable, ya que temen represalias y que
éstas cada vez sean peor, por lo que optan por callar. En otros casos cuando
denuncian las mismas autoridades ocultan los hechos o los minimizan.
Los residentes afirman que de pronto la situación se
tranquiliza, pero luego aparecen cadáveres sin que esto sea consignado en las
noticias, mucho menos en los reportes de las autoridades.
“Las autoridades afirman que somos uno de los municipios más
tranquilos del estado, no sé en qué se basan para decirlo, si lo hacen en
estadísticas yo sigo diciendo que las estadísticas son un rumbo para quienes no
conocen la realidad, éstas son definitivas, para quienes vivimos la realidad no
son verdades absolutas”, afirmó el derecho humanista Javier Ávila, el único
representante de la sociedad civil que ha sostenido un diálogo con la
autoridad.
Los asaltos se viven a diario, sobre todo en las zonas donde
no existe la red de telefonía móvil, ya que logran amagar a los automovilistas
y quitarles sus pertenencias, siempre amenazando a los tripulantes de la
unidad.
El crimen organizado sigue apoderándose de la región, asuela
a los pobladores y éstos se encuentran desprotegidos, pues las autoridades
municipales les temen.
La última de los policías municipales fue advertirles a los
comerciantes y dependientes que tendrían que cerrar a más tardar las 21:00
horas, porque después no se harían cargo de la situación y mucho menos
respondían. Inevitablemente los habitantes se sienten solos.
EL GOBIERNO NO DA UNA RESPUESTA CORRECTA
Para
los habitantes de Creel, el Gobierno no ha cumplido, si bien es cierto se
instaló una mesa de seguridad para atender el caso, el gobernador César Duarte
no ha dado respuesta a la comunidad, la cual ha solicitado su presencia.
Los
habitantes señalaron que la petición es clara: quieren un diálogo con el
Gobernador, no con sus enviados y que éste se dé en Creel no es Bocoyna,
“queremos que el Gobernador nos dé la cara, no que envíe al Fiscal y al
Secretario de Gobierno, a quienes se les agradece su presencia”.
Este
fin de semana, en las instalaciones de la presidencia seccional en Creel, se
reunieron los habitantes del poblado con el párroco Javier Ávila, quien les
informó acerca de los temas que se trataron en la mesa de seguridad, encabezada
por el secretario de Gobierno, Raymundo Romero.
“Hubo
una convocatoria, pero todavía no se cumple con lo que la comunidad de Creel
está solicitando, que es la presencia del Gobernador en Creel”, afirmó el padre
Javier Ávila.
A la
fecha lo que falta es el diálogo con la comunidad, porque la mesa de seguridad
significa una plática con 14 funcionarios públicos, entre ellos el fiscal
general del Estado Carlos Manuel Salas, el presidente municipal Adalberto
Gutiérrez González, el director de la Policía Estatal Única, el comandante de
la 42 Zona Militar, el coordinador Estatal de la Policía Federal Preventiva y
sólo un representante de la sociedad civil que fue el padre Javier Ávila.
Los
habitantes destacaron que la carta que enviaron al gobernador César Duarte fue
motivada luego de que han visto cómo la situación de violencia se minimiza y
ellos buscan que las autoridades le pongan fin a la inseguridad en que viven.
En la
carta enviada a los dos funcionarios, con copia al presidente de la República
Enrique Peña Nieto, los pobladores advierten que todos los días son presas de
robo y asaltos, cometidos por grupos delictivos que controlan la región.
En la
reunión se dijo que oficialmente no han tenido una respuesta a ese escrito. “La
única reacción fue la reunión del pasado lunes en Bocoyna, ya que en propias
palabras del Secretario de Gobierno fue en respuesta a la carta”.
De
parte del señor Gobernador no hay respuesta alguna y aún la están esperando, ya
que su principal responsabilidad, afirman, es dialogar con la sociedad.
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